Aquella declaratoria de Enrique Bonilla, presidente de la Liga Mx, sobre que México buscaría regresar a la Copa Libertadores solo fue para tantear el terreno; queda claro ahora que no existía siquiera una charla al respecto con Alejandro Domínguez, el titular de la Conmebol -en crisis desde que el FBI los alcanzó con su investigación sobre sobornos diversos en relación a la asignación de contratos para torneos y hasta votos para Mundiales. Se evidenció su cochinero. Uno más.
Es ahora que la respuesta de Domínguez llega tan clara como engañosa; dijo, palabras más, palabras menos, que “no hay nada; los rumores vienen de la prensa mexicana, pero no hay conversaciones”, sí claro. La verdad es que vino de la prensa brasileña, de ahí subió a la de los Estados Unidos y bajó a México, como suele pasar ya sesgadita, casi-casi como si ya fuera cuestión de horas para algún anuncio oficial. Nada.
Si mal no recuerdo, Bonilla también dijo que estaban buscando un lugar libre en la agenda de Domínguez para sentarse a platicar, él y el presidente de la FMF, Yon de Luisa, sobre un eventual proyecto de regreso; de ahí no pasó el dicho de Bonilla y dudo que sea el futbol mexicano el que tenga prisa por hacerlo, si no que se explora como una de tantas opciones para diversificar la competencia, como ya se tenía hasta hace dos años contra los equipos sudamericanos.
Sin embargo, también Bonilla hizo una advertencia, que si el calendario sudamericano no se ajustaba, como no lo hace, con el mexicano, no había cómo. La verdad es que no hay pecado en explorar lo que haya qué explorar; por mí que el futbol mexicano busque hasta jugar en China, pero en lo que no se debería dar ni un paso atrás es para volver a mismas condiciones de invitados de segunda. Si quieren, que se compita allá teniendo derecho a lo mismo... o nada.
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