Carlos López Jones (@Carloslopezjone) ha hecho un ejercicio comparativo del costo en dólares y en pesos de la canasta básica del año 2018 y la de 2023.
Lo que quiere mostrar es que el peso fuerte frente al dólar no quiere decir gran cosa a la hora de los precios del consumo básico.
Es decir, que el tipo de cambio es un valor que puede tener valor macroeconómico pero no determina los precios de la economía real.
En el año 2018, la canasta básica costaba 245 pesos, con el dólar en 19.55. Su costo era de 12 dólares.
La misma canasta básica en 2023, cuesta 475 pesos y, con el dólar en 18.75 pesos, tiene un valor de 25 dólares.
La dura realidad, independiente del valor del peso en dólares, es que la canasta básica se ha encarecido en las dos monedas.
No hay manera de aminorar el hecho duro de los precios básicos con fortalezas cambiarias.
Entre 2018 y 2023, el huevo pasó de 24 pesos el kilo a 54.
El aceite, de 32 pesos el litro a 65.
El arroz, de 22 pesos kilo a 45.
El azúcar, de 14 pesos kilo a 28.
El frijol, de 21 pesos kilo a 38.
La carne, de 90-120 pesos kilo a 160-220.
La tortilla, de 12 pesos kilo a 24.
Estamos hablando de aumentos de cien por ciento y más en todos los productos de la canasta básica a lo largo de estos cuatro años. Podríamos decir que en la canasta básica el encarecimiento ha sido de 25% al año, una locura.
Imposible pensar que esta carrera de precios de los bienes básicos puede ganarse con una carrera paralela de subsidios y aumentos de dinero en efectivo para los programas sociales.
No hay ingresos fiscales nuevos para financiar esos aumentos. La solución deberá venir de un crecimiento económico que genere empleos, ingreso para la gente y más impuestos en términos brutos para el fisco, más ingresos.
Las posibilidades de crecimiento para México están claramente esbozadas con la relocalización de las inversiones de China a Norteamérica.
Pero no hay una palabra del gobierno en ese rumbo.
Héctor Aguilar Camínhector.aguilarcamin@milenio.com