Política

Opacidad, ¿para qué?

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Los números del covid-19 en México son un misterio. El mismo subsecretario López-Gatell se ha encargado de que así sea. Hay tres razones que hacen pensar en que la estadística que nos presenta diario a las 7 de la noche no son la realidad. La primera razón es la cantidad de centros de salud de donde toman la información. La cifra diaria da cuenta únicamente de los casos confirmados mediante pruebas diagnósticas en algunos de los hospitales del sistema de salud. ¿Y los demás cuántos son? No lo sabemos.

El modelo centinela trataba de aproximarnos a un dato más real, pues incorporaba los casos de covid-19 de una muestra más amplia de enfermos que llegaban con síntomas parecidos a una muestra de 475 hospitales. Luego el dato se extrapolaba a las 26 mil unidades médicas. De ahí salió el famoso factor de 8.2 por el cual había que multiplicar los enfermos confirmados. Sin embargo, ese modelo, que arrojaba un factor diferente (25 o 30) como se lo demostraron fehacientemente varios matemáticos y epidemiólogos, fue descartado sin razón válida por el mismo López-Gatell. Lo usa y lo presume, pero cuando le exigen transparencia y seriedad, asegura que ya no sirve.

La segunda razón es el número de pruebas diagnósticas que se aplican en México es de los más bajos del mundo con el argumento de que no es necesario hacerlo, en contra de las opiniones sólidas de los especialistas del resto del mundo. En España e Italia se han aplicado alrededor de 30 pruebas por cada mil habitantes; en México ni una por cada mil personas. Sin pruebas es imposible conocer un número de contagiados más aproximado a la realidad. La tercera razón: los errores en la captura, procesamiento y publicación de las cifras. Loret de Mola informó, en un artículo, que el 30 de abril había tres cifras diferentes, todas oficiales, sobre el número de enfermos intubados en Ciudad de México: 805, según Claudia Sheinbaum; 893 según López-Gatell; y 1,060 de acuerdo con la Agencia Digital del gobierno de CdMx. Una diferencia de hasta 31% para datos del mismo día. ¿Cuál era la correcta? Quién sabe.

Así, la opacidad sobre la dimensión real de la epidemia en el país es responsabilidad absoluta del gobierno y en concreto, del subsecretario López-Gatell. La sospecha de manipulación u ocultamiento de la información está fundada. Las razones de ello son materia para especular. No entraré en ese pantano. Lo que sí es un hecho es que mientras no haya respuestas claras y convincentes a tres preguntas– a) ¿Por qué mintió sobre el factor de expansión del modelo centinela? B) ¿Por qué lo desapareció sin dar una razón válida? y c) ¿Por qué se niega a incrementar la aplicación de pruebas diagnósticas?— la sospecha de ocultamiento crecerá y con ello la confianza en la autoridad del gobierno decrecerá en forma directamente proporcional.

Así pues, no conoceremos la gravedad del problema y dudaremos si las fechas para levantar las medidas de confinamiento serán las oportunas y adecuadas. Si todo marcha tan bien como lo pregonan diario y México está muy lejos de los casos de otros países, ¿por qué negarse a transparentar la información y a que se hagan muchas más pruebas? ¿Se dan cuenta López Obrador y López-Gatell de cuántas vidas costaría una salida en falso de la emergencia sanitaria? ¿Quiere López Obrador anunciar al mundo que su gobierno fue el más eficaz en el control de la epidemia? ¿Le urge tanto esa victoria porque la economía será un desastre?

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Guillermo Valdés Castellanos
  • Guillermo Valdés Castellanos
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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