Política

Apuesta inédita y valiosa

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El surgimiento de Sí por México es una buena noticia por donde quiera que se le mire. El país lleva dos años por un rumbo muy peligroso en cualquiera de los ámbitos que se analicen: economía, seguridad, salud, democracia y la lista podría alargarse: corrupción, Pemex, medio ambiente, igualdad de género, ciencia, cultura y un enorme etcétera. Los datos son conocidos y contundentes. 

A ello deben añadirse tres problemas. Primero, la negativa del Presidente a reconocer cualquier error, por mínimo que sea y, por tanto, a rectificar. Segundo, su preocupante desconocimiento y alejamiento de la realidad, que lo lleva a imaginar rutas que en vez de sacar del pozo en que está metiendo al país, lo hunde más y, tercero, su rechazo absoluto a convocar a toda la sociedad a un acuerdo nacional para salir de las múltiples crisis. En su lugar, divide y polariza cada vez más. Así, ningún país podrá superar sus crisis, menos prosperar.  

Por ello, quitarle la mayoría en la Cámara de Diputados además de impulsar una agenda atractiva (democracia plena; seguridad, acceso a la justicia y combate a la corrupción; economía incluyente que disminuya la pobreza y la desigualdad; salud y educación universales con calidad; igualdad sustantiva y combate a la violencia contra las mujeres; y un medio ambiente sano y sustentable) obligaría al Presidente a negociar cualquier reforma legal y, sobre todo, el presupuesto. Al menos se frenarían la mayor parte de las arbitrariedades en el uso discrecional y absurdo de los recursos públicos y la destrucción institucional. De ahí la relevancia estratégica de la propuesta de Sí por México. 

Frente a la crisis de los partidos de oposición, este movimiento se plantea como un esfuerzo serio e inédito: convocar y aglutinar el respaldo de la sociedad, especialmente de ese gran segmento de ciudadanos alejados y descreídos de la política, en torno a una agenda propositiva de largo alcance (no en torno a un objetivo negativo, la renuncia de AMLO, sin hacerse cargo de las consecuencias). La novedad consiste en pedirle a los partidos hacer suya esa agenda e ir juntos a ganar la mayoría de los diputados. No al revés: que primero los partidos se junten y éstos le pidan apoyo a la sociedad. Se invirtieron los términos y eso lo hace un movimiento inédito; quien propone la agenda es la sociedad; las candidaturas se decidirán conjuntamente, conjugando experiencia partidista y caras nuevas que generen confianza. Una apuesta que vale la pena hacer. 

Se ha criticado que Sí por México se apoye en partidos sumidos en crisis internas y con gran desprestigio frente a la sociedad. Y tienen razón. El problema es que no hay otros y como los partidos detentan el monopolio de la representación popular, si Sí por México quiere impulsar su agenda, empoderar a la ciudadanía y poder cambiarle el rumbo y el rostro a México, tiene que ir con PAN, PRI, PRD y MC, con todo y los riesgos que ello implica. No hay alternativa. Por su parte, los partidos saben que, aislados y sin la sociedad, AMLO los puede enterrar en junio próximo. Está en su interés prioritario trabajar juntos y ceder algunos intereses particulares para lograr un bien mayor: frenar la regresión autoritaria. Se les agradecería que, para creerles, aunque sea un poco, hicieran una autocrítica y mostraran un mínimo de voluntad de cambio real. Por su propio bien y el de México. Lo que está en juego es el futuro.

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Guillermo Valdés Castellanos
  • Guillermo Valdés Castellanos
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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