Yendo ilusionados de viaje hacia un pueblo mágico del estado de Hidalgo, varios amigos tuvimos la desfortuna de caer en un bache, equiparable a un cráter lunar, por su tamaño y profundidad, y todo pintaba a que el paseo planeado por semanas tendría su fin a solo una hora de la ansiada partida.
Lo más patético del incidente se debió a que la descompostura fue múltiple, tanto en la suspensión, un buje, una barra estabilizadora y una llanta reventada con su rin maltrecho, sin miras a ser reparadas por aquellos rumbos en donde la caseta inicial del pago de peaje entre Ozuluama y Tuxpan es de alrededor de 400 pesos.
Llegó la ayuda de la compañía encargada del camino concesionado, cuyo empleado nos confesó que incidentes como el nuestro se repiten diariamente, por lo que prácticamente el encargado del seguro hasta carpa de descanso tiene muy cerca de la caseta y así evita el viaje desde Tuxpan u Ozuluama.
Aunque el seguro se encargó posteriormente, no libramos el pago inmediato, a través de transferencia bancaria, de la grúa procedente de Naranjos Veracruz, con un monto de diez mil pesos más IVA, y lo que fue peor es que el vehículo dañado no podía ser trasladado al taller concesionado en Tampico, sino que primero se llevó a Naranjos y al día siguiente, con otra grúa, a su lugar de procedencia, esto debido a que los grulleros tienen asignadas sus áreas jurisdiccionales.
Tras cinco horas de retraso seguimos nuestro camino en un vehículo que un buen amigo tuvo a bien de llevarlo hasta el punto donde ocurrió el percance, mismo que por causa divina no fue de funestas consecuencias, como ya ha pasado por centenas a lo largo de décadas en los dañados caminos del norte de Veracruz y oriente de San Luis Potosí.
Siempre se ha dicho que los gobiernos estatales de Veracruz y SLP no le invierten a los caminos que los unen al sur de Tamaulipas, bajo el argumento de que los pobladores de los dos primeros estados mencionados atienden sus necesidades en Tampico y por ende su dinero se queda en estos rumbos, por lo que la inversión gubernamental se desvía a municipios sin este egoísta freno.
Qué casualidad que de Tamuín a Ébano tienen caminos perfectos, mas no así hacía Tampico, o desde Pánuco.