El año pasado en el país se vendieron poco menos de 250 autos eléctricos (datos de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz), cifra ínfima si se considera que el parque vehicular solo en la Ciudad de México es de casi 6 millones de unidades, incluidas las 250 mil nuevas que se incorporan cada año al devenir de las calles de la gran urbe.
Qué falta para que la adopción de estas unidades que prometen contribuir al mejoramiento del medio ambiente, sea mayor y alcance a impactar para bien el medio ambiente y los bolsillos de quienes gustan de esta oferta vehicular alternativa.
¿Oferta? No creo, cada vez son más los modelos eléctricos que las armadoras ponen a disposición del mercado mexicano, nada menos este fin de semana ya está en los grandes aparadores automotrices, el modelo de Chevrolet Volt 2017. ¿Precio? Pues sí, quizá es necesario dejar pasar la curva inicial de adopción que por lo regular es elevada y la pagan quienes pueden.
¿Estímulo? Ese quizá ya empieza a hacerle sentido a las autoridades que ya anunciaron uno (bueno a medida que los embarques de autos eléctricos aumenten, esperemos lo sostengan). La Secretaría de Hacienda en cumplimiento de la Ley de Comercio Exterior modificó el decreto para el Apoyo a la competitividad de la industria automotriz terminal y el impulso al mercado interno de automóviles, determinando que las unidades eléctricas estarán exentas de arancel para su importación, según lo publicado en el Diario Oficial de la Federación.
Parece de moda…
Según la raíz toponómica aceptada, Tlajomulco proviene del náhuatl tlalli (tierra), xomulli (rincón) y co (lugar), que en conjunto se puede interpretar como “Tierra en el rincón”. Por eso y otros detalles me parece titánica la labor de su actual presidente municipal, quien ha concentrado mucho de su esfuerzo en convertir esa tierra en sustentable y ejemplo de biodiversidad para el país.
Le aplaudo, sí, y celebro que me haya hecho llegar para corregir mi mala apreciación de que es un lugar de donde mayoritariamente salta la información pintada de rojo, un documento de 13 cuartillas para informar de las acciones básicas en su administración, fundamentalmente de objetivos sustentables. Aunque me llama la atención que ocupe dos párrafos para comunicar que en defensa del medio ambiente canceló la construcción de un complejo habitacional en la zona; que en tres cuartillas detalle las biografías de las personas convocadas para crear un foro de políticas ambientales; que use una para lo que será su órgano de política ambiental; otra para presumir la creación de su fiscalía también ambiental; dos más para señalar que cuentan con una nueva política de vivienda; otras dos sobre el rescate de la laguna de Cajititlán; dos para reforestación y áreas naturales; y en la última cuartilla y media, información sobre inversión y finanzas públicas.
Bravo por su preocupación. Y por ser uno de los tres municipios, que con 9 millones de pesos depositados por Banobras, ha concluido su modernización catastral. Sigan las buenas acciones y los logros, no vale la pena distraerse en cuestiones mundanas como ser parte de un boicot antiestadunidense cuyo único resultado seguro es poner en riesgo el empleo de muchos mexicanos y la sana evolución del mercado interno.
Lectura cumplida. Me planto.
@lupitaromero
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