Acudo a la memoria de los que han vivido y sufrido el crecimiento desordenado de la Ciudad de México, y a quienes vivieron el mediático debate sobre la promulgación del Bando 2 en los albores de este siglo. Regulación de siete años que pretendió detener o controlar las construcciones de edificios habitacionales en cuatro delegaciones capitalinas.
El llamado Bando 2 entró en vigor en diciembre de 2000 para suspender la construcción de viviendas en cuatro delegaciones del centro de la capital: Miguel Hidalgo, Benito Juárez, Cuauhtémoc y Venustiano Carranza. Y fue suspendido por el secretario de Desarrollo Urbano y Vivienda del entonces Gobierno del DF, Arturo Aispuro Coronel, en febrero de 2007.
El descontrol administrativo de la regulación y la ocasión para, de manera opaca, conseguir permisos de construcción siempre bajo la sospecha de corrupción, llevó a la necesidad de proponer la construcción de viviendas en todas las demarcaciones bajo la limitante de que fueran desarrollos sustentables. Intención que a la fecha solo quedó en eso, pues los constructores han visto en la oferta de sustentable solo una posible herramienta de venta, no un objetivo de largo plazo para la vida de la ciudad.
Y más allá, el edicto que dio pie a la cancelación del Bando 2, reivindicaba que “la conducción del desarrollo urbano es una responsabilidad del gobierno”, por lo que surgieron foros públicos, difusión de información, espacios académicos, y una acalorada discusión en el legislativo local sobre el tema. Pero como todo lo que interesa a esta ciudad, y si no corríjanme, solo fueron llamaradas de unos meses que han quedado en el olvido. Y la ciudad sigue creciendo para arriba.
Y la oferta ahí está, sin límite de tamaño, ubicación y forma. En cada una de las calles de estas “protegidas” demarcaciones se tira una casa donde habitaban en promedio tres personas, para construir un edificio de departamentos, donde convivirán más de 16 personas, en el mejor de los casos. El más reciente estudio de la firma Propiedades.com revela que los precios de las viviendas nuevas en la CdMx aumentarán entre 5 y 7 por ciento este año.
En enero de 2017, el aumento de precios fue el más elevado en lo que va del año, al reportar un alza de 11 por ciento comparado con el primer mes de cada año, reportó la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción. Mientras que en enero de 2016, el incremento fue de apenas 4 por ciento, y el año anterior fue de 4.4.
“En un contexto en el que las expectativas de inflación van a estar al alza para todo 2017, se abre un apetito por los bienes residenciales, porque fungen como activos refugio ante la volatilidad y la incertidumbre del tipo de cambio”, dijo Leonardo González, analista de Real Estate, de Propiedades.com.
Por lo que seguiremos despertando cada mañana saludando la construcción de un nuevo edificio habitacional sin que antes de su conclusión estén garantizados los servicios mínimos para sus habitantes y los que ya estábamos ahí: agua, drenajes eficientes, recolección de basura, seguridad, transporte, etc.
Y aquí lo dejo porque mi vecina ya me toca a la puerta para quejarse de la tierra que levantan los de la construcción de enfrente.
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