“Lágrimas negras” es el título de una canción que compuso Miguel Matamoros, el mítico fundador del Trío del mismo nombre cuyos integrantes Siro Rodriguez, Rafael Cueto y el propio Miguel nacieron en Santiago de Cuba y lograron, como expresión máxima en la pieza que cito, la magnífica fusión del son y el bolero.
La canción data de 1930 y fue grabada por el Trío en 1931.
La letra inicia con la reiteración (anáfora, repetición en la raíz de los versos) de la conjunción aunque cuyo significado oscila, como sabemos, entre el significado concesivo y el adversativo:
“Aunque tú, me has echado en el abandono/aunque tú, has muerto todas mis ilusiones”.
El título es indicativo, sintomático de unas lágrimas que no son incoloras sino que son negras por su carácter lúgubre, tétrico, triste.
Y prosigue:
“Y en vez de maldecirte con justo encono./En mis sueños te colmo, en mis sueños te colmo/de bendiciones”: formación reactiva o transformación de lo contrario.
El remate urde una comparación entre esas lágrimas negras como sinécdoque de la vida entera:
“Sufro la inmensa pena de tu extravío./Siento el dolor profundo de tu partida./Y lloro sin que sepas que el llanto mío/tiene lágrimas negras, tiene lágrimas negras/como mi vida”.
Han interpretado esta belleza la mar de cantantes o conjuntos musicales:
desde el Trío Matamoros en su génesis hasta Buena Vista Social Club o El Cigala en nuestra hora. Una verdadera joya.