Decía ayer Gil que comentaría en esta página del fondo el más reciente delirio de Taibo, director del FCE, jefe máximo del libro estatal en México y comisario comunista que veta autores, promueve lo que le da su gana, se desgañita con florido lenguaje y desbarata la más grande e importante editorial mexicana.
Ante la presidenta Sheinbaum en una de sus conferencias mañaneras, Taibo dio el campanazo y anunció que se prepara el lanzamiento de una colección de libros. Oigámoslo a él: “Con permiso de la Presidenta; y si no, no andaría yo de hocicón, les puedo informar que estamos preparando el lanzamiento a escala de toda América Latina de una colección que va a ser llamada ‘25 para el 25’, que va a regalar a jóvenes: 2 millones y medio de libros en Argentina, Colombia, Cuba, Venezuela, Chile, Paraguay, Honduras, Guatemala y México”.
Bueno, considera Gamés, el principal rasgo de carácter de Taibo es el de ser un hocicón, no tanto un bocón como un hocicón. Lo dijo él y no Gil, que quede claro.
Quén pompó
Como la trasparencia y el derecho a la información son parte de nuestro pasado, no hubo una sola mención a la compra o en su caso producción del regalote. ¿Cuánto costará regalar miles y miles de libros a otros países? Como si México no tuviera un sistema educativo hecho polvo y una industria editorial con problemas, regalamos libros a países con industrias editoriales, en efecto, menos grandes que la mexicana en términos de facturación, pero nada pequeñas, como Colombia y Chile. Ahora mal sin bien, como abrazamos dictaduras, chingos de libros para Díaz-Canel y Maduro, puesto esto en idioma taibiux.
¿Cómo y cuándo han decidido estos cuatreros gastar dinero público para regalar libros en América Latina, en lugar de impulsar la industria nacional?
La colección incluye a escritores y escritoras como Mario Benedetti, Gabriel García Márquez, Eduardo Galeano, Adela Fernández y Piedad Bonett.
Taibo añadió que este proyecto se coordina con editoriales y gobiernos estatales para hacer un lanzamiento simultáneo de estos 2 millones y medio de libros a finales del año. Gil cree entender, Taibo le va a pasar la charola a los gobiernos de los estados para que se pongan con su cuerno, luego negociará con las editoriales que le dé la gana, sin jurado, sin concurso, así nomás, lo que se le ocurra al comisario.
Fomento a la lectura
“Es el proyecto más grande de fomento de la lectura, y tiene un objeto muy claro: el objeto es hacer que jóvenes y adolescentes lean por placer, que descubran el placer de leer”.
Bien hecho, que se fomente la lectura en Cuba, Venezuela, Chile, Argentina, Guatemala, Honduras…y México. Gil reconoce que hay que tener dos dedos de frente y un fanatismo de catedral para no reconocer que los jóvenes mexicanos no leen y su capacidad de comprensión es cercana a cero. Y ponen los caballos detrás de la carreta: México regala libros a América Latina.
Gil tiene otros datos
Al señalar que el corazón del Fondo de Cultura Económica es el libro —menos mal, Gilga pensó que eran los refrigeradores—, Taibo informó que de 2019 a la fecha se han producido 21 millones de libros y vendido 24 millones en el país, además que se mantuvo e impulsó la existencia del catálogo histórico de 15 mil títulos.
Anjá, sí. La mentira, el sello de la casa. ¿Y podríamos ver las cifras, los puntos de venta, el desplazamiento? Pues no, porque Taibo miente. Gamés lo piensa bien: si Taibo le vendió un millón de pesos a cada gobierno de Morena, pues sí llega a la cifra, esa que presume y con la cual destruye esa casa editorial.
Genio de las finanzas editoriales
“Habíamos descubierto que el precio del libro era un obstáculo fundamental para la promoción de la lectura, que el adolescente que se rascaba el bolsillo tratando de sacar el dinero para comprar el libro que quería no llegaba, no podía”. ¡Eureka! Taibo descubrió que los jovenes no tienen suficiente dinero para comprar libros.
¡Que vengan Schumpeter, Keynes y otros bateadores de 400 a ponerse de hinojos ante la inteligencia financiera de Taibo. Con una intuición y conocimiento desmedidos, Taibo descubrió que el precio de los libros incide en la compra. Órale.
Todo es muy raro, caracho, como diría Claude Chabrol: “La tontería es infinitamente más fascinante que la inteligencia. La inteligencia tiene sus limites, la tontería no.
Gil s’en va