Política

Se decreta el fin de la pandemia

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Repantigado en el mullido sillón del amplísimo estudio, Gil pensaba (ya empiezan las jactancias) que deberíamos hacer grandes celebraciones, fiestas cívicas, verbenas, incluso y, ya entrados  en gastos, perreos masivos. La lectora y el lector se preguntarán por qué tanto entusiasmo. Gilga les revela el motivo: la pandemia de covid ha terminado en México. Así como usted lo lee.  ¿No es esto motivo de grandes saraos?

Gil se enteró en su noticiero de Azucena a las 10 que se ha decretado el fin de la epidemia de covid en México y del cubrebocas que, por cierto, el Presidente nunca quiso ponerse y cuyo uso desalentó en diversas ocasiones. Además de estas históricas sanciones, se cancela la publicación del semáforo covid y el boletín informativo dejará de ser diario para volverse semanal. El infierno del covid es parte de nuestro pasado así como los cerca de 400 mil muertos, según cifras oficiales, y los casi 700 mil según las muertes excedentes.

El subsecretario López-Gatell apareció de nuevo para no decir nada y decir todo. Nada respecto a la verdad de la pandemia y todo respecto a las mentiras con las que día a día, durante dos años, manipularon la información. Gamés veía en la pantalla a este gran simulador, a este fanfarronazo defender la forma en que la Secretaría de Salud enfrentó la pandemia y no daba crédito y cobranza: un cinismo sin límites. Gilga no desespera, Lope de Vega viene en su ayuda: “Que no hay tan diestra mentira / que no se venga a saber”.

La OMS es conservadora

Con la novedad de que la OMS es conservadora. Vamos al corazón, que no es bodega, del asunto. Gil lo leyó en su periódico MILENIO en una nota de Blanca Valadez y Pedro Domínguez: “el Comité de Emergencia de la Organización Mundial de la Salud consideró que el covid continúa afectando negativamente la salud de las poblaciones de todo el mundo, presenta un riesgo continuo de propagación internacional e interfiere con el tráfico internacional, por lo que se requiere seguir utilizando cubrebocas, seguir haciendo pruebas de detección e informar a la sociedad”. ¿Cómo la ven? Sin albur. La OMS sugiere exactamente lo contrario de lo que nuestras autoridades sanitarias proponen: informar a la sociedad, usar cubrebocas y hacer pruebas. La verdad es que si hay perreo masivo sin cubrebocas, Gilga le entra. ¿Vienen al perreo del fin de la pandemia?

Un hombre de claridades

Dice López-Gatell: “no vamos a declarar el fin de la obligatoriedad (del cubrebocas) porque nunca lo declaramos obligatorio, pero lo que sí podemos decir es que en este momento ya no es imprescindible el uso del cubrebocas. De que puede ser útil utilizarlo en lugares cerrados, desde luego, quien lo tenga tendrá menos probabilidades de transmitirlo”. Esto es López-Gatell, un ser con pocas neuronas y muchas mentiras. Nada en su discurso es comprensible: nunca fue obligatorio el cubrebocas, pero si se utiliza ahora puede evitar el contagio, entonces ¿por qué rayos liberan a la ciudadanía del uso de ese simple, pero utilísimo objeto para evitar el contagio? Nada, unos pillos mentirosos. Qué desastre. ¿Vienen al perreo?

Por cierto, no se pierdan mañana los comentarios sesudos de Gil acerca de las no menos sesudas palabras de Marx Arriaga sobre la educación, Gamés promete reproducir todos los adjetivos de Marxito mientras detrás de él, el Presidente lo mira como un prefecto severo.

Gabinete de curiosidades

Poner en solfa una cosa.

Solfa procede de la unión de las notas musicales sol y fa, y hace referencia, como es lógico al solfeo, que es el lenguaje que nos enseña a leer y a entonar los textos musicales. En un significado literal sería poner música a una cosa, pero se remonta a los tiempos en los que las personas y sus hechos eran comentados, más negativa que positivamente, en coplas y pliegos de cordel que juglares cantaban de pueblo en pueblo.

Destacar un hecho, sobre todo para ponerlo en duda o ridiculizarlo.

Todo es muy raro, caracho, como diría Napoleón: “El mal de la calumnia es semejante a las manchas de aceite, siempre deja huellas”

Gil s’en va

Gil Gamés

gil.games@milenio.com

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Gil Gamés
  • Gil Gamés
  • gil.games@milenio.com
  • Entre su obra destacan Me perderé contigo, Esta vez para siempre, Llamadas nocturnas, Paraísos duros de roer, Nos acompañan los muertos, El corazón es un gitano y El cerebro de mi hermano. Escribe bajo el pseudónomo de Gil Gamés de lunes a viernes su columna "Uno hasta el fondo" y todos los viernes su columna "Prácticas indecibles"
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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