Durazo y Delgado dijeron que todo estaba en orden, que no había irregularidades, que todo bien, que nada que temer. ¿Les cae? Ah, los tiempos felices en los cuales los respaldos al presidente se publicaban a página completa
Gil se enteró temprano: Marcelo Ebrard se inconformó con la encuesta de Morena y pidió que se repusiera el proceso. El discurso de Ebrard avanzaba hacia la ruptura y Claudia Sheinbaum afirmaba que había sido un “buen proceso”. Gil se frota los ojos y se soba los lóbulos de las orejas: ninguna encuesta podría estar por encima del dedo de oro (diría Sheridan), ya en serio: ¿alguien cree que la encuesta madre con sus espejos decidiría a la coordinadora-candidata? ¿Y los bienes públicos que se utilizaron para apoyar a Claudia Sheinbaum? ¿Y el apoyo permanente del Presidente a Sheinbaum? En fon, no hay peor ciego que el que quiere ver, o como se diga.
Una nube de reporteros buscaba unas palabras de los contendientes, es un decir, la tarde lluviosa en el World Trade Center. Fernández Noroña, gran ganador, ji: Adán Augusto López, quien dijo “ya tenemos a la gallina”; a Manuelito le trajeron unos juguetes y plastilina para que hiciera figuras mientras se daban los resultados de la tremenda encuesta de tres patines, Manuelito es muy inquieto.
Gilga sigue pensando, y que el Dios de la política lo perdone, que Ebrard se reencaminará después de encarecer el producto. Malú Mícher se encargó de decir la tarde de lluvia en World Trade que el grupo de Ebrard no abandonará Morena. ¿No? Entonces para qué tanto brinco. Es que de veras.
Los gobernadores y Delgado
De inmediato, al uso de aquellos tiempos, los gobernadores de Morena firmaron una carta en la cual apoyaron un proceso cuyo resultado aún no conocían. El dirigente Durazo y el dirigente Delgado dijeron que todo estaba en orden, que no había irregularidades, que todo bien, que nada que temer. ¿Les cae? Ah, los tiempos felices en los cuales los respaldos al presidente se publicaban a página completa. Será el sereno, pero el proceso interno de Morena se convirtió en un sainete.
Gil escribía estas notas y nada que aparecían los dirigentes de Morena y como todos saben, Gamés entrega siempre temprano. ¿Se ríen, adversarios? Gamés le dijo a sus amigos verdaderos: les tengo una noticia: Claudia Sheinbaum será la candidata de Morena a la Presidencia de la República. Gilga fue abucheado, a los amigos verdaderos no les gustan los vaticinios.
Total que Mario Delgado tomó la palabra y dijo cosas: que estábamos ante un proceso histórico. En un estrado en el cual faltaba Ebrard afirmó que Liópez Obrador y Morena no son lo mismo que lo mismo que lo mismo que lo mismo. Un enredo. Y luego Durazo que tanto hizo por la seguridad en el país y ahora ha desterrado la violencia de Sonora, mju, gritó que Liópez es lo máximo. ¡Es un honor…!
Pasaban los minutos y a Gil ya el tedio lo empezaba a inquietar, como si las hormigas corrieran sobre su cuerpo. Palabras, palabras y más palabras. Gilga tiene edad para reconocer los viejos discursos priistas.
Era Claudia
Y llegó el momento esperado. Alfonso Durazo leyó el resultado de la encuesta madre, y luego las encuestas espejo. Y no lo van a creer, Gil quedó sorprendido: Claudia Sheinbaum resultó ganadora en todas y cada una de las encuestas. ¿Quién lo hubiera pensado? Era Claudia. Morena tiene candidata a la Presidencia de la República, un contendiente en rebeldía y cuatro ajustados, ceñidos contendientes que aceptaron completo el todo por la nada, o casi nada. Pss les dije que era Claudia. Ella tendrá el bastón, no se sabe si el mando.
A Gil le llamó la atención que el camarada Fernández Noroña, como le llamó Delgado, obtuvo muchos más votos que Ricardo Monreal. Y es que Fernández se las trae, su carisma no deja lugar a dudas. Un grito desgarrador hizo añicos el amplísimo estudio: ay mis hijos, tramposos, mentirosos.
Por cierto, no hubo una sola mención al rebelde de la temporada: Marcelo Ebrard. Como en las viejas fotografías del totalitarismo, desapareció. Ni una palabra. Gil se llevó los dedos índice y pulgar al nacimiento de la nariz y meditó: ¿a dónde se dirige Ebrard? Lo sabremos hasta el lunes siguiente.
Todo es muy raro, caracho, como diría Juan Ruiz de Alarcón: “No hay enemigo peor que el que trae rostro de amigo”.