Política

El Santo contra Los Primos de las aduanas del mal

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Gil lo leyó en su periódico MILENIO en una nota de Mario C. Rodríguez y Rubén Mosso: la red de huachicol fiscal de Los Primos, que se presume dirigían el vicealmirante Manuel Roberto Farías Laguna y su hermano, el contralmirante Fernando Farías, gestionaba una megaoperación capaz de cerrar la aduana de Tampico por alrededor de una hora, para descargar millones de litros de diesel en cerca de 300 pipas, y no sólo eso, sino que buscaba tener el control de todas las aduanas marítimas del país.

Esta pequeña organización hace pensar a Gamés en los jefes, las estructuras, los políticos, las empresas, las complicidades que intervenían en las operaciones del huachicol.

Las investigaciones de la autoridad establecen que el alcance de esta estructura era tal que manejaba entre 290 y 300 pipas, en las que descargaba en lapso de una hora, el contenido de los buques que, entre marzo de 2024 y mayo de 2025, sumaron 31. Caramba, no se andaban con pequeñeces, meditaba Gamés.

La invención de la realidad

La forma en la que operaron permitió suponer que se podría tratar de una agrupación delincuencial innominada, lo que quiere decir que puede funcionar sin tener un nombre establecido o que todos sus integrantes no se conozcan o sepan sus funciones.

Reportaban la llegada de aditivos, lo que permitía la evasión de impuestos, pero en realidad transportaban diésel, que eventualmente sería distribuido a empresarios. O sea que la investigación bien a bien apenas empieza.

Ah, ese tiempo en el que el huachicol se había terminado y la corrupción también, qué bonito, qué cierto. En realidad todo esto que las autoridades han investigado es una invención de la derecha, de los chayoteros, de los adversarios, de la prensa infame, oh, sí.

El Santo

En el expediente al que MILENIO tuvo acceso, se detalla que una vez que un marino ocupaba un puesto clave, lo buscaban para ofrecerle un “apoyo” para “levantar” la aduana. Alejandro Torres Joaquín, hoy testigo colaborador de la fiscalía con el indicativo Santo, narró la forma en que llegaron a él. El modus operandi era similar en otras aduanas. Aseguró que, en julio de 2023, cuando fue nombrado titular de la Aduana de Tampico recibió la primera llamada del capitán Miguel Ángel Solano Ruiz, NK o Mike, quien lo felicitó y le ofreció su apoyo para realizar sus funciones y le dejó claro que siempre estaría pendiente de cualquier novedad y necesidad.

“Empecé en forma voluntaria a poner de mi salario, ya cobraba lo suficiente como director, para ir apoyando a cubrir mantenimiento y presentación de las instalaciones, pero no era suficiente, estaba muy preocupado porque había mucha carencia”. Anjá.

Momento, dice Gil, ¿tomaduras de pelo a estas alturas? Sí, las instalaciones estaban en muy mal estado y yo pagué las composturas.

“En ese entonces fui yo quien me comuniqué con esa persona NK porque siempre me decía que era ‘el enlace en cualquier requerimiento’”.

El contacto

A los pocos días de esta llamada, Santo fue contactado por teléfono por una persona que no conocía y que le hablaba de parte de NK.

Me citó a las 19:00 horas en un Chedrahui, en el estacionamiento. Esperé un rato hasta que alguien me tocó la ventana del coche y me dijo: ‘soy la persona que lo contacté para entregarle un encargo de parte de mi jefe, sea discreto, que después se comunicaran con usted’. Me entregó un sobre en una bolsita de regalo”.

Frente a ellos, en otro coche, había una persona con un tatuaje en el antebrazo hasta la muñeca. Dejé de mirar hasta que ya no los vi, pasaron muchas cosas en mi cabeza y me retiré de inmediato a mis instalaciones, no comenté con nadie, ni a mis jefes, ni a mi familia porque siempre me dijeron mucha discreción (con) todo lo que pasara en la Aduana”. Y el Santo fue muy discreto y pasaron muchas cosas por su cabeza.

La bolsa, dijo Santo, contenía 200 mil pesos, dinero que gastó en material para la aduana, convivencias para el personal, festejos de cumpleaños, regalos, donaciones a la Iglesia, a una casa hogar y a una casa donde se otorga apoyo a mujeres con cáncer.

En efecto, una película del Santo y de las buenas, de las que dirigía Agrasánchez.

Todo es muy raro, caracho, como dirían los inolvidables parlamentos: “Santo llamando a Blue Demon: nos esperan en las aduanas de otros puertos, Blue”.


Gil s’en va


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Gil Gamés
  • Gil Gamés
  • gil.games@milenio.com
  • Entre su obra destacan Me perderé contigo, Esta vez para siempre, Llamadas nocturnas, Paraísos duros de roer, Nos acompañan los muertos, El corazón es un gitano y El cerebro de mi hermano. Escribe bajo el pseudónomo de Gil Gamés de lunes a viernes su columna "Uno hasta el fondo" y todos los viernes su columna "Prácticas indecibles"
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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