Gil caminaba sobre la duela de cedro blanco del amplísimo estudio. Como no puede ver el futuro, Gamés ignora el resultado de las elecciones en Venezuela. Los comicios podrían marcar el final de una generación de gobierno del partido socialista en Venezuela, pero al mismo tiempo iniciar un periodo de incertidumbre e incluso rebelión popular en contra del régimen que ha destruido a Venezuela durante 25 años de chavismo y acabado con cualquier rastro democrático. Maduro ha presidido el desplome económico y ha provocado una de las mayores crisis migratorias del mundo. Mientras Gamés cavilaba, leía un reportaje en el New York Times a tres voces: Julie Turkewitz, Anatoly Kurmanaev y Frances Robles. Lean esto: las elecciones ocurren en la fecha de nacimiento del fundador del chavismo, Hugo Chávez y enfrentan a su sucesor, Nicolás Maduro, con una figura previamente poco conocida, Edmundo González, un antiguo diplomático. Pero González es en esencia el candidato sustituto de María Corina Machado, una exdiputada que surgió como la nueva líder de la oposición del país, reuniendo a las personas con la promesa de restaurar la democracia y traer a los venezolanos de vuelta a casa. Cuando el gobierno de Maduró impidió que se presentara a las elecciones, su coalición consiguió que González se uniera a la contienda en su lugar.
Algunos analistas y comentaristas políticos han empezado a llamar a Machado la “dama de hierro”, ya que la exdiputada es simpatizante de Margaret Thatcher, ícono conservador.
Mientras Gamés escribía estas líneas, el resultado de las elecciones era aún una incógnita. Maduro tiene una larga historia de fraudes y trapacerías electorales para inclinar los comicios a su favor.
El pico de oro
Gil lo leyó en el Portal: BBC en una nota de Ángel Bermúdez. Cuando Nicolás Maduro llegó a la presidencia en 2013 muchos en Venezuela creyeron que su mandato no duraría. Se le comparaba desfavorablemente con su antecesor, Hugo Chávez, el carismático militar que luego de encabezar un fallido intento de golpe de Estado en 1992 llegó al poder por los votos en 1998, convertido en un líder de masas que prometía una “revolución bolivariana” -suerte de segunda independencia- para refundar el país.
Chávez era un “pico de oro”, un líder carismático, cercano con la gente de a pie, conocido por su curiosidad intelectual y por ser un voraz lector que podía citar en un mismo discurso a Friedrich Nietzsche y a Mario Benedetti.
De Maduro, en cambio, se destacaba su aparentemente limitada capacidad oratoria y su lejano pasado laboral como sindicalista y conductor de autobús.
Once años más tarde, sin embargo, Maduro busca un nuevo mandato en las elecciones presidenciales de este domingo siendo ya el tercer gobernante que más tiempo ha durado en el poder en Venezuela desde inicios del siglo XX, sólo superado por Chávez y por el dictador Juan Vicente Gómez.
Acusado de autoritario e incluso considerado presidente ilegítimo por muchos, durante su mandato el país ha experimentado importantes cambios y eventos que han transformado profundamente la historia del país y de la sociedad venezolana.
BBC informa
Durante el gobierno de Maduro, Venezuela ha vivido la mayor ola migratoria de la historia contemporánea de América Latina. De acuerdo con cifras de la oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), hay 7,7 millones de venezolanos viviendo fuera de su país. Eso equivale a más del 22% de los 34 millones de habitantes que las autoridades venezolanas proyectaban tener, a partir del último censo realizado en 2011.
Con estas cifras, la ola migratoria venezolana es mayor que la de Siria (5 millones personas) y que la de Ucrania (6,5 millones), dos países que llevan años sufriendo guerras.
Esta salida masiva de venezolanos al exterior va completamente a contracorriente de la historia de un país que, desde que comenzó al auge petrolero hace un siglo, se convirtió en receptor de migración y durante décadas fue lugar de acogida de personas procedentes, sobre todo, de otros países de América Latina y del sur de Europa.
Los expertos coinciden en señalar que detrás de la salida masiva de venezolanos está la severa crisis económica que ha vivido Venezuela y que incluyó un largo periodo con la mayor hiperinflación del mundo, así como problemas crónicos de desabastecimiento de alimentos, medicinas y otros productos básicos.
Todo es muy raro, caracho, como diría Alberto Moravia: “Una dictadura es un estado en el que todos temen a uno y uno a todos”.
Gil s’en va