Gil sí vio el debate de los candidatos a la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México. Gamés mete su cuchara: el mejor preparado, Chertorivski; el más contundente, Taboada; la más perdida, dispersa, desconcertada, Clara Brugada. Y duro y dale con el cártel inmobiliario, “un enorme caso de corrupción que surgió en la alcaldía gobernada por el Partido Acción Nacional”. Pero si estamos hablando del agua, por vida de Dios, como diría don Fernando Soler en el papel de Cruz Treviño Martínez de la Garza. Taboada se le fue encima con buenos resultados y centró sus baterías en el pésimo cuidado hídrico de los gobiernos de izquierda, o como se llamen. Entorpecida de sombras (aigoeei, qué tal este estallido borgeano) por el escándalo de la filtración de algún contaminante en la red de abasto del agua en la alcaldía Benito Juárez, Brugada perdió en ese tema de todas, todas.
A Chertorivski le contestaron poco o nada, los punteros consideraron que perderían un tiempo precioso que prefirieron dedicar a su más cercano contrincante.
Según algunas encuestas, Taboada acorta la distancia con la puntera, Brugada. Con cuatro frascos de agua sucia en la mano, el panista le ha reprochado 27 años de gobiernos progresistas “sin hacer nada” para atajar la escasez de agua. “Te invito a que te bañes con esta agua”, le dijo a Brugada con una sustancia amarillenta en la mano. Y concluyó con un campanazo: seis administraciones de izquierda, con Morena y el Partido de la Revolución Democrática y un desastre hídrico.
Intercambio de golpes
Gil lo leyó en su periódico El País en una nota de Georgina Zerega. Durante una hora y media las arremetidas (ya, no empiecen, esto es serio) fueron y vinieron como los cañones de Navarone. Tal y como lo hicieron en el primer debate electoral, llevaron preparados muchos carteles y frases, armadas en casa. “Tú no eres Clara, eres turbia”, lanzó uno. “Tú, la única fuga [en referencia a las tuberías de agua] que has tapado en tu vida, es la fuga de tus compañeros del cártel inmobiliario”, dijo la otra. Buen cadenero, buena pandillera.
Salomón Chertorivski quedó atrás, pese a sus propuestas. Mientras sus dos contrincantes se daban el agarrón en la discusión, el candidato naranja hablaba, y muy bien, del futuro de la ciudad. Aunque también llevó a la mesa unos enormes afiches arrugados con las caras de Brugada y Taboada, sacados de la calle, donde estos días abunda la publicidad de los aspirantes. “No hay un milímetro de la ciudad que no tenga sus cochinadas”, ha reclamado y ha detallado que en la producción de cada cartel de esos se utilizan unos 91 litros de agua.
Chertorivski se sumó a las críticas por la deficiente respuesta del gobierno capitalino en la crisis del agua contaminada. “Llevamos 22 días desde que empezó la crisis en la Benito Juárez”, ha dicho, y miles de personas “continúan en la incertidumbre”.
Brugada time
La morenista se acomodó en el segundo bloque, en el que discutieron el combate a la corrupción. En este tema, Taboada tiene más cuentas pendientes que sus rivales. El alcalde de la Benito Juárez con licencia ha sido vinculado a la red de corrupción inmobiliaria que ha llevado a varios de sus compañeros del partido a la cárcel. “264 pisos de corrupción”, ha insistido Brugada con un cartel en sus manos que nadie entendió y que representaban los edificios que fueron levantados en esa delegación de manera ilegal. “Es un poco vergonzoso hablar contigo, Santiago, de corrupción, tres de los tuyos están en la cárcel”, arremetió Chertorivski. El cártel inmobiliario ha sido el lastre que ha tenido que cargar el globo Taboada, que ha calificado el asunto como una persecución política.
El socio y amigo
Taboada mandó dos obuses (gran palabra) vinculando a su principal rival con algunas polémicas figuras del movimiento que representa. Para ello sacó una foto en la que se veía a Brugada junto a René Bejarano: “Es tu socio”, le dijo Taboada. Touché.
Brugada, amenazada, invocó a Liópez y a Claudia Sheinbaum. “Un voto por Claudia Sheinbaum es un voto por mí, un voto por mí es un voto por Claudia Sheinbaum”. Te veo nerviosa, anda y ve.
Gil dice: le gustaría que Chertorivski fuera el jefe de Gobierno; como eso no es posible, Taboada parece armado para serlo; si ganara Brugada, la verdad, sería una desgracia para la ciudad. ¿Cómo ven a Gilga de columnista de fusta y fuste?
Todo es muy raro, caracho, como diría W.C. Fields: “Yo no bebo agua, los peces fornican en ella”.
Gil s’en va