La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (2009) define la política industrial como un "esfuerzo concertado, centrado y consciente por parte del gobierno para fomentar y promover una industria o un sector específico con una serie de herramientas políticas".
Durante el periodo neoliberal (1982-2018) los gobiernos mexicanos dejaron a un lado la implementación de políticas industriales, la entrada en vigor del TLCAN en 1994 balcanizó la economía mexicana, siendo los estados del norte y algunos del centro los más favorecidos con el tratado, en tanto que el sur quedó rezagado.
El Estado, de acuerdo con la Constitución, es rector y promotor del desarrollo nacional, sin embargo, en las últimas décadas dejó al arbitrio del mercado la planeación y desarrollo económico del país.
El actual gobierno federal, que dice no ser neoliberal, no impulsó grandes proyectos de industrialización, salvo el proyecto del Istmo de Tehuantepec, que aún no se concreta, y la refinería de tres bocas, sin inaugurarse todavía.
Es indispensable que el próximo sexenio promueva una política industrial profunda que abarque a todas las regiones del país.
Hay que integrar a las PYMES a las cadenas de suministro derivadas por las nuevas inversiones que están por llegar gracias al nearshoring, apoyarles con capital de riesgo, sobre todo a aquellas que le apuesten al desarrollo tecnológico, y ayudarles con incentivos fiscales que aminoren su carga tributaria.
Nacional Financiera (NAFIN) y el Banco de Comercio Exterior (Bancomext) son dos grandes organismos financieros del Estado mexicano, sin embargo, mucho de los programas que manejan no se socializan.
El capital humano tiene que ser el centro de las próximas políticas industriales, sobre todo un capital humano adaptado a los nuevos tiempos de la digitalización económica.
La virtual presidenta electa busca ejecutar planes de política industrial en su gobierno.
El Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnología (CONAHCYT) dejará de ser un organismo descentralizado del gobierno federal para pasar a ser una secretaría de estado, por lo que el desarrollo tecnológico, clave para lograr mayor industrialización, será un eje toral del gobierno de Sheinbaum.
En el próximo sexenio se creará la Agencia de Transformación Digital, uno de los propósitos de este nuevo organismo será buscar mayor cobertura de internet e impulsar la digitalización en los trámites gubernamentales.
Si México quiere generar desarrollo económico necesita con urgencia una nueva política industrial.