Cultura

Pandemias y los astros

Sobre la explicación del origen de las epidemias a lo largo de la historia, desde la Grecia clásica hasta nuestros días, el hombre ha dado diversas hipótesis. Hubo en la Edad Media quienes imaginaron que la peste podía ser de origen astrológico, por la conjunción de determinados planetas, los eclipses o bien el paso de algún cometa. Estas ideas, en el contexto de la espiritualidad de la sociedad, tenían gran influencia en el entendimiento sobre el comportamiento del mundo, por lo que estos hechos eran considerados fenómenos sobrenaturales provocados como castigo divino por los pecados de la humanidad. Tenemos el ejemplo de un médico de París, referido en la obra de Guy de Chaulliac, que fue uno de los más importantes cirujanos de la Edad Media; su obra era consultada por los gremios de cirujanos y barberos, e identificaba el origen de la Gran Peste iniciada en 1347 en la conjunción de Saturno, Marte y Júpiter en el signo de Acuario del 20 de marzo de 1345 a la una del mediodía. Esta teoría estaba basada en los comentario de Alberto Magno en la obra “De cuasi propietatum elementorum”, donde se atribuyen a las conjunciones planetarias “grandes mortalidades y despoblamientos de reinos”, todo esto adjudicándoles ciertas características térmicas a los planetas. Gentile de Foligno fue un profesor y médico italiano que se formó en Padua y la Universidad de Bolonia, y enseñó en esta última y en la de Perugia. Fue uno de los primeros médicos europeos en realizar la disección en un ser humano; afirmó que la conjunción planetaria produjo “material ponzoñoso”. Posteriormente, durante la gran peste que azotó a la ciudad de Londres en el año de 1665 y amenazaba con extenderse al resto de Inglaterra, la Universidad de Cambridge tomó la decisión de suspender las actividades académicas y enviaron a docentes y estudiantes a sus casas. Precisamente en ese año Isaac Newton obtenía su grado de Licenciado en Letras; hacía apenas dos años que había conocido a Isaac Barrow, profesor de astronomía, geometría, aritmética, geografía y óptica, que también era predicador y teólogo, y entre el alumno y el maestro se estableció una gran relación intelectual. Newton tuvo que regresar a Woolsthorpe, situado al norte de Cambridge, donde se quedó en casa por cerca de año y medio, hasta que en el año de 1667 se reabrió la universidad. Lo que realizó Newton en este tiempo ha pasado como uno de los grandes momentos de la historia de la ciencia: alejado de sus actividades en la universidad, de sus colegas, del ajetreo de los estudiantes y la ciudad, solamente en compañía de su madre y de unos cuantos libros, tuvo la oportunidad de razonar algunas hipótesis que ya rondaban por su cabeza;  el enunciado conocido en álgebra como teorema del binomio, trabajó y definió el cálculo infinitesimal, elaboró una teoría sobre la naturaleza de los colores, y como nos comenta, “…en ese mismo año comencé a pensar en la gravedad, extendiéndola a la órbita de la Luna. Todo esto ocurrió en los años de la peste.” Las enfermedades nos estarán acompañando durante toda la existencia, así como las estrellas; la comprensión y entendimiento de ambas cosas lo hacemos por medio de la razón, con la observación, el análisis y la elaboración de hipótesis para su posterior comprobación, y formulación de teorías que nos describen el comportamiento de ambos fenómenos, uno para prevenirlo y el otro para su disfrute.

Google news logo
Síguenos en
Gerardo A. Rizo
  • Gerardo A. Rizo
  • www.sagdl.org
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.