Pero no en el Olimpo, donde según la mitología griega, era la morada de los dioses, monte ubicado al norte de Tesalia, en Grecia, era conocida como Aeolia mencionada en la Odisea de Homero. Ahí habitaban en sus respectivos palacios, Zeus, (Júpiter en la mitología romana), su padre Saturno (de la mitología romana), fue identificado en la Antigüedad con el titán griego Cronos, y un sinfín de deidades cada una con sus propias características. Ahora muchos años después de que estos dioses ya no tienen quien le diga una plegaria, pero continúan en la cultura de la actual sociedad, a través de los cuerpos celeste, porque precisamente en la bóveda celeste, en estos días y en el transcurso de las próximas semanas seremos testigos de cómo estos dos dioses principales de la antigüedad, Júpiter y Saturno, acudirán a tiempo a su cita para el próximo día 21 de diciembre del año en curso, y seremos testigos de una magnifica conjunción planetaria, es decir, conjunción es una palabra latina que quiere decir, unirse o juntarse, o sea, estos planetas estarán alineados visualmente con el punto de observación, la Tierra, por lo que los veremos como si fueran un solo objeto luminoso en las noches de diciembre.
Astronómicamente se diría que desde un tercer cuerpo tienen la misma longitud celeste, la cual es el ángulo formado sobre la eclíptica (está formada por la intersección del plano de la órbita terrestre con la esfera celeste), a partir del Punto Aries y en sentido directo, o antihorario. Sus unidades son los grados sexagesimales y su valor va desde 0º a 360º, y es una de las coordenadas eclípticas de un objeto celeste.
En estos días es interesante la observación de estos dos planetas ya que se encuentran a una distancia bastante adecuada para realizar observación a simple vista con binoculares o con un telescopio, ya que podremos observar sus principales satélites y la gran tormenta roja del gigante gaseoso Júpiter y la grandiosidad de los anillos de Saturno, el primero a una distancia de 719 millones de kilómetros con una magnitud aparente de -2.07 y el segundo a mil 436 millones de kilómetros y una magnitud aparente de 0.67.
Así pues sigámoslos noche a noche hasta diciembre en que se “junten” ya que la anterior cita que tuvieron fue en 1623 y la próxima será en octubre del 2040 y ya que este 2020 se ha presentado como un año muy particular que recordaremos como el año de la pandemia, también se presentan otros acontecimientos inusuales, el Atlas está ganando, y posiblemente en unos años en el futuro le platiquemos a nuestros nietos que fuimos testigos de algo sorprendente, el Atlas campeón y la reunión de dos dioses en su morada cósmica.