Cultura

El mensajero de los dioses

En estos días al atardecer, si observamos el cielo oeste (por donde se oculta el Sol), vamos a ver la Luna y en dirección al horizonte dos estrellas, uno muy luminoso que corresponde al planeta Venus y entre la Luna y Venus a uno de los planetas más difíciles de observar y que posiblemente la mayoría nunca lo ha visto, al diminuto Mercurio, que conforme vayan pasando los días, la Luna se estará alejando de estos dos cuerpos celestes.

Recordemos que el día miércoles está dedicado a este planeta cuyo nombre debe a la mitología romana, que desempeñaba el oficio de intérprete, mensajero de los dioses y del comercio, por lo cual una de sus características es que debía ser muy veloz, así el planeta por su cercanía al Sol para no caer por la gran fuerza gravitatoria de la estrella, lleva una velocidad de traslación muy alta, 172,341 km/h, el más veloz de todos.

Es posible que en el reino de los romanos el estar enterado de lo último que acontecía era de suma importancia. Mercurio era hijo de Júpiter principal dios de la mitología romana  y de Maia, la hija del Titán Atlante, y que le da nombre a una de las estrellas del grupo de las Pléyades.

La superficie de este planeta presenta numerosos impactos causados por meteoritos, algunos de unos cuantos metros hasta de varios kilómetros de diámetro, su superficie presenta drásticos cambios en su temperatura, las cuales oscilan entre los 350 grados centígrados durante el día y menos 170 grados por la noche. Esto se debe a su periodo de rotación, que es de 58,7 días, lo cual es 2/3 de su periodo de traslación de 88 días.

Esto no es coincidencia, y es una situación denominada resonancia orbital. Esto es cuando los cuerpos en órbita ejercen una influencia gravitacional periódica y regular entre sí, en este caso, el planeta con su estrella. Esto tiene un doble efecto; en algunos casos estabiliza, el caso de Mercurio y en otros desestabiliza las órbitas.

Este tipo de resonancias son muy frecuentes en el sistema solar y en el resto de la galaxia, Júpiter y Saturno tienen los periodos orbitales en una resonancia 5:2. Ello significa que cada 5 vueltas al Sol que da Júpiter, Saturno da 2. Los planetas extrasolares Gliese 876 b y Gliese 876 c están en una resonancia orbital 2:1.

Si hipotéticamente estuviéramos en la superficie de Mercurio veríamos un fenómeno muy curioso, donde el Sol sale, se detiene, se esconde nuevamente casi exactamente por donde salió y luego vuelve a salir para continuar su recorrido por el cielo; un amanecer doble.

Pero como eso no es posible, mejor al atardecer salgamos a la cochera o subamos a la azotea de nuestra casa y no perdamos la oportunidad de ver a este cuerpo celeste tan escurridizo.

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Gerardo A. Rizo
  • Gerardo A. Rizo
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