La violencia somos todos. Los que la practican como estilo de vida y delinquen para conseguir sus fines, los que la tratan de disminuirla en vano a pesar de sus estrategias de gobierno, los que viven con temor de ser parte de esta y toman medidas individualistas, los que solo observan y les gana la indiferencia, los que se creen enviados de Dios para influir en las conciencias pero mejor sirven a otros intereses, los que culpan a otros y con sus criticas obstruyen ideas para combatirla.
Pero todos, queramos o no, vivimos en un país en tiempos de este flagelo, que se puede encontrar en cualquier parte y por desgracia ser víctimas de esta mientras se forme parte de grupos delictivos, mientras la manera de abatirla obtenga escasos resultados, mientras no importe lo que pase fuera de nuestro entorno y podamos protegernos, mientras prefiramos hacernos a un lado, mientras en los sermones no se convenza eficazmente para no hacer el mal, mientras el tema se haga político y no nos unamos para buscar soluciones, este país seguirá siendo violento.
Y entonces las voces de las conciencias seguirán sin oírse por quienes prefieren la fuerza para tener el control y el poder de sus ambiciones. Sin embargo, seguiremos oyendo a los que culpan al neoliberalismo, a la herencia de años, pero también a no tener nuevas estrategias para abatirla. También seguiremos viendo colonias que cuidan sus entradas para evitar desconocidos y a personas que contratan para ser custodiados. En las iglesias seguirá habiendo fieles que exculpan sus pecados para continuar igual. Se seguirán difundiendo mensajes que poco contribuyan a mejorar el problema y más para servir a intereses ajenos al bienestar de los mexicanos.
Ante todo esto, que sabemos que existe la violencia y en nuestro entorno como en las noticias a diario no lo recuerdan, contamos con el Índice Global de Crimen Organizado 2021, que hace un recuento por países de cuáles son los que tienen el mayor índice de criminalidad del mundo, que por desgracia México se encuentra en el cuarto lugar, antecedido por República Democrática del Congo, Colombia, Myanma, y precedido por Nigeria, respectivamente, de mayor a menor. Esto se refiere a delitos como asesinatos, tráfico de drogas, contrabando de personas y mercado de armas. Menciona que estos países han demostrado su capacidad de hacer frente a la delincuencia organizada sin mayor eficacia.
Otras de las cifras negativas que contamos en que estamos considerados como la región más peligrosa para ejercer el periodismo, muestra de ello es que en los últimos 3 años de la presente administración han muerto 51 periodistas, es alarmante porque en sexenios anteriores en estas fechas era menor la cantidad. La libertad de expresión debe ser un factor de prioridad para la información y cultura de los ciudadanos y los gobiernos deben garantizar su práctica.
Sin embargo, no debemos evadir la responsabilidad que todos tenemos en evitar la violencia, porque precisamente emana de cada uno, de como nos comportamos con los que convivimos, de nuestras reacciones ante ellos, que nos merecen respeto, empatía y solidaridad.
Todos podemos ser violentos sino practicamos los anteriores valores.
Gemma Medina Aréchiga
gemmazul@hotmail.com