Estamos viviendo un grave fenómeno de maltrato en formas pasivo agresivas, hacia muchos niños que no aceptan someterse a un grupo específico de compañeros en su salón de clases. De manera completamente neurótica y anormal, muchos preadolescentes y han generado profundos divisionismos, etiquetas, y conductas clasistas entre sus compañeros. Te presionan para pertenecer o excluirte del grupo de los “populares” o “fiesteros”, que podrán tener las peores calificaciones pero cada semana tienen algo para festejar y trasnocharse Sus conversaciones solo giran en torno a quién de sus padres tiene más dinero y realiza más viajes. O te encasillan en los “aplicados” o “tetos” de quienes suelen burlarse por dedicarse a estudiar y no hacer de su vida un desastre. Te etiquetan en el grupo de los “raritos” si escuchas música coreana, consumes cómics orientales y usas chamarras negras en pleno verano. Hay subgrupos dedicados a hacer bullying y a humillar a otros, y si no te sumas a sus atrocidades o te atreves a denunciarlos, te hacen pagar graves consecuencias. Te roban dinero o tu lonche, te obligan a servirles como esclavo. Muchos niños de personalidad temerosa, se someten a esa tiranía en lugar de denunciarla, por miedo a represalias.
El asunto es que algunos chicos no tienen interés en pertenecer a ninguna de esas tonterías. No quieren vivir con una etiqueta. No están dispuestos a seguirles la corriente ni a dejarse mangonear por ninguno de sus compañeros.
Esta conducta pensante e independiente, suele molestar a los otros y entonces se dedican a hacerles la vida imposible en el salón de clases. En el patio de la escuela, en eventos deportivos. Pareciera que atreverse a pensar por sí mismo y no estar dispuesto a recibir etiquetas, es un grave pecado en la escuela. Y hay algo más grave aún que está pasando: muchos colegios elitistas, no están dispuestos a enfrentar la situación y a poner orden en esa tiranía, por miedo a que los padres de los alumnos prepotentes se molesten y dejen de aportar las jugosas colegiaturas. La exclusión social escolar se ha convertido en un grave fenómeno, que necesita ser visualizado y combatido en todos los frentes.