El XIII Congreso Nacional de Investigación Educativa, realizado en la ciudad de Chihuahua del 16 al 20 de noviembre del 2015, fue escenario de serios cuestionamientos, por parte de la comunidad de investigadores, a los representantes del Instituto Nacional de Evaluación Educativa que acudieron a ese importante evento, encabezados por la Mtra. Sylvia Schmelkes y el Dr. Gilberto Guevara Niebla.
De acuerdo con la información obtenida, me interesa destacar dos asuntos que, a la luz de los acontecimientos recientes, vinculados al uso desmedido de la fuerza pública para imponer la evaluación, adquieren mayor relevancia.
El primero tiene que ver con la respuesta que la Mtra. Schmelkes da a una pregunta del académico Imanol Ordorika, de la UNAM.
Ella reconoce, de manera explícita, que el proceso de evaluación de los docentes ha sido muy precipitado y que era necesaria, además de pertinente, la consulta directa a los propios involucrados a través de los Consejos Escolares, pero no les fue permitido por la SEP.
El otro asunto, más de carácter anecdótico, se refiere a que el Dr. Guevara Niebla perdió la compostura, en ciertos momentos, frente a los múltiples cuestionamientos y críticas a la evaluación de los maestros.
Desde tiempo atrás, destacados investigadores habían planteado fundadas críticas a la reforma educativa y ahora, en el marco del XIII Congreso, logran que los más altos representantes del INEE reconozcan que están actuando más con criterios políticos que técnicos y que, ante las reacciones de maestros e investigadores, se les están terminando la paciencia y los argumentos para defender la imposición de la SEP.
En un documento elaborado por los investigadores de la educación, al referirse a la reforma y su principal eje (la evaluación) señalan: “Los cambios se han realizado sin la participación ni la consulta debida a los maestros.
Se les concibe como objetos y no como sujetos, actores imprescindibles en la transformación requerida.
La reforma se ha fincado en la estigmatización del magisterio. Con ello no sólo se perdió al actor principal de cambio en los procesos educativos, sino que se le desautorizó socialmente y se le condujo a una situación límite: someterse o perder el empleo”.
Lo anterior es expresado por expertos en la materia, quienes critican también el uso de la fuerza y la administración selectiva de la justicia, con fines políticos, para frenar la resistencia del magisterio.
Además de cuestionar la función del INEE, nos confirman que el camino trazado por la SEP no llevará a mejorar la calidad.
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