Con presencia constante a lo largo del siglo XXI, se han constituido como uno de los portavoces de la sentida y vibrante combinación entre el blues y el rock, aderezada con apuntes sacados del garage y del hard, integrando el aliento del indie en sus composiciones. Amigos de la infancia en su natal Akron, Ohio, el cantante y guitarrista Dan Auerbach (1979) y el baterista Patrick Carney (1980) decidieron conformar un grupo que retomara su nombre de un apelativo que usaba un amigo esquizofrénico para describir a personas con algún problema: The Black Keys, además, alude a las teclas del piano utilizadas en el blues. Así, con influencias primarias, también, de The Stooges, The Rolling Stones y Led Zeppelin, se lanzaron al sótano para hacer lo suyo.
Debutaron con The Big Come Up (2002), grabado en el sótano de manera casera y en el que la influencia de los grandes bluesman, particularmente de Howlin’ Wolf, se manifiesta en las vocalizaciones y la estructura básica pero diversa de las canciones con sustrato punketo, incluyendo la prontitud y crudeza del estilo sonoro, como se deja escuchar desde la abridora Busted, encontrando la confirmación en Heavy Soul. Le siguió Thickfreakness (2003), también recorriendo el camino duro, en plan escapista como denotan las ásperas Set You Free y Have Love Will Travel, y ya provocando las comparaciones con The White Stripes y, en cierto sentido, con Queens of Stone Age, no obstante la perspectiva minimal de los de Ohio.
Tras el EP The Moan (2004), cuya canción ídem se publicó como primer sencillo en el 2002, grabaron en una fábrica abandonada Rubber Factory (2004), ya con mayores atributos en la postproducción sin quitarle el carisma de ácida espontaneidad a las 13 canciones que se suceden entre juegos guitarreros característicos, por momentos sobreponiendo los riffs, la vocal en plan declaratorio y la batería cobijando el ritmo: ahí está el corte inaugural de orientación declaratoria, When the Lights Go Out, seguido de 10 A.M Automatic, confiando demasiado en el día siguiente; discurren The Lengths, a flor abierta; Girl is On My Mind, con esos cambios de intensidad, y la digna versión de Act Nice and Gently, original de The Kinks, entre un sólido conjunto de rock cochambroso.
Presentaron el EP Chulahoma: The Songs of Junior Kimbrough (2006), que consistió en un tributo a este reconocido blusero fallecido en 1998 con fuerte influencia en la propuesta musical del dueto y cuya presencia se advierte también en Magic Potion (2006), su siguiente largo, ahora con la respetada disquera Nonesuch, en el que vuelve a prevalecer el blues fangoso, ahora con más pulimento aunque aún hecho en casa, incluso en los cortes pausados como You’re the One, The Flame y la acechante Strange Desire, mientras que el slide y el slap se combinan para contraponer continuidad y ruptura, entre volatilidades concisas, detectadas en Your Touch.
Con Danger Mouse en la producción y los sintetizadores, Marc Ribot reforzando la sección guitarrera y Joseph Carney en los alientos, presentaron Attack & Release (2008), proyecto originalmente pensado para desarrollarse con Ike Turner, quien falleció antes de concretarse la idea: del blues de cochera directo generado en algún sótano o edificio vacío, el dueto entró a un estudio profesional para ampliar los horizontes de su propuesta, desde la instrumentación hasta la edición: a partir de la abridora All You Ever Wanted, señalando el camino, se identifica el cambio en la estética sonora, verificado en canciones como I Got Mine, Strange Times, Remember When con sus dos caras y Lies. En efecto, como plantea la vocalista invitada Jessica Lea Mayfield en la pieza que cierra, las cosas ya no son como antes.
SE HACE AL ANDAR
Posterior a Blakroc (2009), proyecto en el que se adentraron con resultados satisfactorios en el mundo del Hip-Hop, junto al productor Damon Dash y un nutrido grupo de estelares del género, entregaron Brothers (2010), tras superar algunas diferencias entre ellos por la aparición de Keep It Hid (2009), álbum solista de Auerbach, y un complicado divorcio de Carney. Tighten Up, acompañada por Danger Mouse, y la contagiante Howlin’ For You, se convirtieron en la punta de lanza para alcanzar el reconocimiento masivo: Too Afraid to Love You y The Only One, en tanto, se alimentaron de relucientes teclados, como de sostenimiento y puestos al frente, y Unknown Brother voltea hacia el soul sesentero para develar identidades fraternas.
Muy pronto publicaron El camino (2011), una vez más en colaboración, ahora más estrecha, con Danger Mouse e incorporando elementos cercanos al surf, al soul sesentero de nueva cuenta y al rockabilly, derivando en una energía exultante y por momentos celebratoria, como se muestra desde la abridora Lonely Boy y Gold on the Ceiling con todo y su rítmica invadida por los teclados, en contraste con la calma sumergida de Little Black Submarines, de pronto emergiendo con poderío, tal como el resto de las canciones cuidadosamente maceradas para quedarse en la memoria sonora del caminante que recorre los tracks sin saltarse uno solo, justo para no perderse la necesaria dosis de impetuosidad.
De una psicodelia amortiguada, surgió Turn Blue (2014), stone rock melancólico, identificado en Weight of Love, It 's Up to You Now y la canción titular, con Fever como contrapunto efusivo, encontrando cierto colorido en Waiting on Words y 10 Lovers. Después Auerbach se dedicó a la producción, formó la banda The Arc, que produjo el álbum Yours, Dreamily (2015), y propuso Waiting on a Song (2017), su segundo disco en solitario. Tras cinco años de silencio, el dueto volvió a la escena con el autoproducido Let´s Rock (2019), mostrando una silla bien electrificada para saltar a rockear sin complejos desde Shine a Little Light, sabiendo que el fuego camina junto a ellos, encendido por la efusividad de Eagle Birds y Go, impulsados por enérgicos riffs y por el sencillo Lo/Hi, atravesando por modulaciones diversas, con todo y los coros desatados.
Delta Kream (2021) resultó ser un digno homenaje a sus orígenes bluseros que emergen en las orillas del Misisipi con énfasis en la vertiente Hill Country; siguieron con el desenfadado Dropout Boogie (2022), que contó con la presencia del ZZ Top Billy F Gibbons en Good Love con su robusta guitarra y que incluyó Wild Child y Ain’t No Over como piezas de referencia de una propuesta que pareció un divertimento para darle continuidad a la presencia del dueto, tal como funcionó Ohio Players (2024), su siguiente disco con la jubilosa Beautiful People al frente, además de contar con la participación de Alice Cooper, Beck, Noel Gallagher y el legendario Booker T. Jones, junto con DannyLux en Mi Tormenta.
Muy pronto volvieron con No Rain, No Flowers (2025), álbum regado con elementos countrysoul y remojado con un rockpop de mirada alegre, expresada desde la primera canción, que le da título al álbum, y continuada por la saltarina The Night Before y Babygirl, compuesta con el sello de la casa con una producción aireada, en misma línea que On Repeat, mientras que en Down to Nothing se vuelve a la apuesta por el medio tiempo y A Man on a Mission, destapada con guitarra y efectos electrificados, se conecta con la vehemencia de A Little to High y el cierre en calma de Neon Moon, entre las cuerdas retro de Make You Mine, la suavidad de Kiss It y el R&B de All My Life, haciendo lo mejor que se puede. The Black Keys andan de visita, una vez más, en nuestro país para brindar un concierto.