Hace un par de semanas en una de las tantas juntas virtuales, en esta época de pandemia, uno de los participantes hizo el cuestionamiento sobre lo que habíamos hecho en la cuarentena.
Comenté que en mi caso, vi la necesidad de acondicionar un lugar en mi hogar para aplicar el home office.
Con ahorros logré adquirir una silla de oficina, además de contratar quien hiciera unos arreglos que necesitaba en casa, que por falta de tiempo y dinero, no los había llevado a cabo.
Con la nueva dinámica de vida, dejé de gastar en transporte: camión y taxis, además de la comida que compraba diariamente en el trabajo.
De pronto un día todo se detuvo, y las formas de trabajar y vivir fueron distintas, hubo quienes bajo medidas de prevención, siguieron ejerciendo desde sus lugares de empleo, mientras que otros lo hicimos desde casa.
Un día esa madre de familia que salía a laborar, lo tuvo que hacer desde su casa y los roles se le triplicaron: maestra, cocinera, psicóloga, experta en manualidades, entre otras tantas.
Hubo quienes disfrutaron de su hogar, mientras que otros entraron en crisis por el cambio de vida.
La palabra crisis es un derivado del griego krísis, del verbo krino, que significa yo decido, el diccionario indica que crisis, es una situación grave y decisiva que pone en peligro el desarrollo de un proceso.
Meditemos por un momento, sobre el proceso o asunto que se puso en riesgo en esta cuarentena, tal vez se dio cuenta que ya no ama a su pareja, o quizás se volvió a enamorar, es posible que haya decidido leer un libro, cocinar, ¿qué fue lo que más le preocupó?, ¿se ocupó o lo dejó para mañana?
De acuerdo a lo anunciado por las autoridades, volveremos a lo que ellos le llaman “la nueva normalidad”, mi pregunta es:
¿Cuál es para usted su nueva normalidad?, ¿Le cambió la vida esta crisis?, ¿volverá a una nueva normalidad o sólo regresará a quien era antes en su vida habitual?
Esta columna fue la oportunidad que dio esta crisis: Un día a la vez, es como se le bautizó, porque es lo único que se tiene, ni pasado, ni futuro, sólo veinticuatro horas para volver a empezar, la decisión del cómo, sólo la tiene usted.