
Se puede mentir con datos. Recordemos la mítica frase de Mark Twain: hay tres clases de mentiras: las mentiras, las grandes mentiras y… las estadísticas”. Toda la estrategia nacional de Movimiento Ciudadano rumbo a 2024 está basada en una encuesta propia que dice cosas tan difíciles de creer como que el partido naranja es la segunda fuerza política del país o que es el único instituto político capaz de disputarle la Presidencia a Morena. No importa que el cien por ciento de las encuestas y estudios demoscópicos serios contradigan estas premisas. Es como el conductor distraído que se mete en sentido contrario y piensa que él no está en el error, sino el resto de las automovilistas.
Los otros datos de Dante Delgado lo han llevado a cometer errores que considero impropios de un peso pesado de la política como es él. Por ejemplo, no entender quien vota por Movimiento Ciudadano. O no querer entender. Podría ser muy bonito pensar que el elector de MC es un chavo progre de la Condesa en la Ciudad de México. O un antisistema de Nuevo León. O un zurdo de Campeche. Pues no, el elector de Movimiento Ciudadano -Jalisco y Nuevo León, especialmente- es clasemediero, urbano, más mujer que hombre, profesionista, informado y alejado de radicalidades. Aprecia el orden y los resultados de los gobiernos. Sólo basta ver cuáles son los bastiones de MC en Jalisco para entender que el elector medio del partido naranja es muy crítico de López Obrador y sus decisiones. Un elector sofisticado que entiende la utilidad de su voto. Por ello, en Jalisco, MC arrasó en lo local (16 de 20 distritos ganados), pero no pudo ganar de la misma forma en la elección federal (7 de 20 distritos ganados).
Los otros datos de Dante lo han llevado a poner en riesgo la unidad de su partido. Albert O. Hirschman escribió ese gran tratado sobre organizaciones que se titula: Salida, voz, lealtad. Cuando uno está inconforme en una organización tiene de tres sopas: o se va, o debate para cambiar, o se queda tragando por amor a la camiseta. El emecismo jalisciense ha explorado las dos últimas opciones. Clemente Castañeda y Verónica Delgadillo impulsaron mecanismos de diálogo para encontrar consensos con Dante Delgado (Voz). La famosa mesa de diálogo. Las reuniones de Enrique Alfaro con Dante Delgado (junio 2023) o la reunión nacional (agosto 2023) no han llegado a nada. No sólo eso, el propio Dante ha dinamitado la efectividad del diálogo declarando que no hay ninguna alternativa: MC no se coligará en ninguna circunstancia. Y también MC Jalisco ha utilizado la tercera herramienta de Hirschman (Lealtad). Nadie entendió las decisiones que tomó Dante en 2022. Primero, él decidió no postular candidatos ni en Coahuila ni en el Estado de México. Bajo el argumento que Morena y el PRI son lo mismo. Y acto seguido MC orquestó una campaña que favorecía los intereses del partido de Andrés Manuel López Obrador. A pesar de ello, los naranjas jaliscienses se mantuvieron del lado de Dante y respetaron sus decisiones. La única vía que resta del triángulo de Hirschman es la “salida”. En buen castellano: la ruptura del Grupo de Alfaro y de Jalisco con Dante.
Los otros datos que sostienen los discursos de Dante también plantean un marco de discusión inexistente en el México de hoy: nueva política contra vieja política. Uno porque es difícil creer que un político de tantas décadas como Dante sea la cara visible de la renovación de la política. Y porque el cambio generacional sí está en marcha. Si las primarias del Frente y Morena concluyen en aquello que las encuestas señalan, Claudia Sheinbaum o Xóchitl Gálvez será la próxima presidenta de México. Habrá una mujer en Palacio Nacional. Algo difícil de pronosticar hace unos años. Y no sólo eso, tanto Claudia como Xóchitl comenzaron su carrera política en el 2000. Son fruto de la democracia, no son construcciones del ancien régime. Nos pueden caer bien o mal, pero ninguna es insignia de la cultura política priista.
El clivaje de nuestro tiempo no es nueva o vieja política, sino democracia o autoritarismo. Libertades o militarización. División o concentración del poder. Leyes o voluntarismo. Instituciones o personalismo. México ha logrado aguantar seis años de asedio al orden constitucional. No sé si podrá aguantar seis años más.
Los otros datos de Dante lo llevan a sostener tesis que son contradictorias. Por ejemplo, declarar que son la única fuerza que puede derrotar a Morena. Y tres doritos después, decir que ellos piensan en el largo plazo y en construir una alternativa a la vieja política para 2030. O incluso Dante sostiene que se retira de la política si no saca más votos que el frente. O es cierta la primera idea o es cierta la segunda y la tercera, pero son incompatibles entre ellas. Si MC fuera competitivo en el presente, los cálculos sobre el largo plazo tendrían poca relevancia. Y es que, si MC puede competir por la Presidencia, como sólo sostienen Dante y el presidente López Obrador, ¿por qué nadie quiere ser candidato? ¿Por qué no quiere ni Alfaro ni Colosio? ¿A poco nadie quiere ser presidente? Preguntas retóricas.
Me cuesta trabajo creer que Dante tome seriamente estas premisas. Es un político que las ha visto de todos colores y sabores. La defensa que hizo López Obrador de Dante Delgado en la mañanera del viernes, es un mensaje contundente: respalda la posición del coordinador nacional de Movimiento Ciudadano. Si alguien tiene alguna duda de que MC podría dividir el voto opositor en una elección presidencial, escuche el cariño con el que defendió la apuesta naranja de ir en solitario. No sé si hay un pacto entre López Obrador y Dante, pero es innegable que se han convertido en aliados de facto. No sé si sea por datos o por pactos, pero nadie entiende la obstinación de Dante Delgado por explorar una vía que puede poner a Movimiento Ciudadano en grave riesgo de ser insignificante en 2024.