Política

Segundo debate (y un suicidio público asistido)

  • Verdad amarga
  • Segundo debate (y un suicidio público asistido)
  • Enrique Sada Sandoval

Muchos esperaban—aunque otros no esperamos demasiado—el segundo debate presidencial, por su importancia definitoria.

Llevado a cabo en la Universidad Autónoma de Baja California, con lo que al menos se celebra un viraje lejos del centralismo rancio, aunque criticable por su formato—muy similar al segundo debate llevado a cabo entre Donald Trump y Hillary Clinton—los temas a abordar, divididos en tres bloques fueron: comercio exterior e inversión, seguridad fronteriza y combate al crimen transnacional así como derechos de los migrantes.

Lo que parecía convertirse en la interacción entre cuatro perfiles terminó definiéndose claramente en una contienda entre dos: entre Ricardo Anaya, quien terminaría como virtual vencedor del mismo y el eterno suspirante (derrotado) a la silla presidencial.

No acostumbrado a ser cuestionado, López Obrador empezó a desquebrajarse cuando José Antonio Meade le recriminó el premiar con una senaduría a la narcosecuestradora Néstora Salgado, empezando a evidenciar desde ahí sus limitaciones formativas, personales e intelectuales, aún con 18 años de mañosa ventaja que debieron haberle enseñado algo.

Patentando un grave desconocimiento en cuanto a la realidad del país, tuvo que ser corregido por Jaime Rodríguez “El Bronco” en cuanto a la inexistencia de cultivos de maíz en la sierra de Guerrero y por Ricardo Anaya, quien le mostró que el ferrocarril que proponía para el istmo de Tehuantepec ya existe desde hace décadas y como tren de carga.

Como todo producto defectuoso, la fisura se evidenció más cuando León Krauze le pidió propuestas con parámetros medibles, cosa que el candidato no pudo responder hasta terminar por desquebrajarse.

Y al final, incapaz de refutar a Ricardo Anaya, el candidato de las televisoras se fue contra él, cayendo en el insulto infantiloide (propio de un niño de kinder), mostrándose como muchos lo esperaban ver desde el primer debate: desarticulado, ignorante, improvisado y rufianesco; evadiendo preguntas sencillas y directas cuando no mintiendo descaradamente; brindando al auditorio una radiografía de lo que sería su “república amorosa” (autoritaria y excluyente) y patentando que el peor enemigo de AMLO siempre ha sido él mismo.


enrique.sada@hotmail.com

Google news logo
Síguenos en
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.