La crisis de agua en el estado se advertía desde finales de 2020. Tan solo el año pasado en un recorrido aéreo se observaba cómo disminuía el nivel de las presas; quizá el más notorio fue en Santiago. A principios de 2022, colectivos en búsqueda de los desaparecidos enfilaron sus actividades a las riveras sin agua en la presa La Boca.
Ante la falta de agua, embarcaciones encalladas y tierra árida, el otrora destino turístico refleja una postal semiapocalíptica, la presa luce desolada y seca, aun así las autoridades pretenden con tecnología sacar hasta la última gota de agua.
Es imperante atender la crisis que enfrenta el área metropolitana por la falta del vital líquido; sin embargo, si no atendemos juntos el problema no habrá agua que alcance para los más de seis millones de personas en Nuevo León.
Ayer durante la conferencia de prensa del Presidente en Palacio Nacional, el titular de Conagua recordó que hay 63 empresas que tienen un acuerdo con la Federación y el estado, para aportar 200 litros por segundo a la red de suministro, con ello esperan aminorar el impacto en las presas.
En la misma conferencia se informó que Nuevo León ha recibido 26 pipas de agua potable, a través de carros tanque, con ello se han distribuido 16.9 millones de litros, en beneficio de nuevoleoneses.
La Boca ha sido más que un manto acuífero que abastece a la zona sur de Monterrey, por años cientos de regiomontanos visitaban las orillas de la presa para comer, subirse al catamarán y beber cerveza.
Ya no es lo mismo que antes, si bien es cierto que un sector de la población sigue visitando el sitio, ya no es el recuerdo de los turistas con agua rebosante y vida en todos lados.
En La Boca sin agua vive por lo menos un par de decenas de patos que se aferran a los pocos charcos en busca de agua y alimento.
Aquí hemos señalado que la situación crítica era evidente desde 2020. Las presas estaban en su nivel más bajo, por lo menos del que se permite por norma. Las autoridades federal y estatal debieron, en su momento, haber reducido la extracción. Las presas se van a acabar, salvo que lleguen esas lluvias excepcionales por las que tanto oran.
@enriqueburgosv