Semanas antes de terminar su mandato al frente del gobierno estadunidense que apenas se había constituido, George Washington presentó en una carta los motivos por los que abandonaba la Presidencia.
En su mensaje, Washington anunció que no buscaría la reelección a pesar de contar con el apoyo para obtenerla. No era la primera vez que el general decidía retirarse de la vida política para regresar a su granja en Virginia. Al final de su primer término como presidente, Washington contempló esta posibilidad, pero permaneció en el puesto para evitar que las disputas entre Alexander Hamilton y Thomas Jefferson fracturaran la joven República estadunidense.
La despedida de Washington incluía también una advertencia. El primer presidente de Estados Unidos creía que la influencia de fuerzas extranjeras y el fanatismo ideológico representaban amenazas existenciales para la democracia estadunidense. Qué razón tenía.
Las instituciones democráticas no operan en automático. Necesitan protección y cuidado. La presidencia de Donald Trump ha sido una gran prueba de estrés para estas instituciones, en gran medida, gracias al hiperpartidismo al que apela su movimiento y a la invitación que Trump ha hecho para que agentes extranjeros interfieran en el quehacer político de su país.
Ante la posibilidad de un juicio político contra Trump y con el año electoral a la vuelta de la esquina, Estados Unidos enfrenta la gran amenaza de la que hablaba Washington en su despedida.
Cada vez resulta más claro que el Presidente y todos sus hombres han abusado del Poder Ejecutivo y operan para tratar de encubrirlo. Su respuesta a la investigación en el Congreso ha sido una campaña de mentiras y descalificaciones que ponen a prueba la separación de poderes, así como la independencia de instituciones como la prensa.
Trump ha sido la gran prueba de estrés que imaginó Washington y me temo que estamos por entrar en una fase crítica. Lo que nunca imaginaron Washington y el resto de los fundadores de la República fue que la amenaza vendría directo desde la Casa Blanca.
@Enrique_Acevedo