El presidente Andrés Manuel López Obrador informó ayer sobre el avance en la construcción del aeropuerto Felipe Ángeles de Santa Lucía en el Estado de México, muy cerca de Hidalgo, quizá más cerca que de cualquier otra zona metropolitana del país.
El mandatario se dejó ver en redes sociales mediante un video en donde estuvo arropado por los gobernadores del Edomex, Hidalgo, y la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, así como del secretario de la Defensa y mandos militares a cargo de la edificación.
Verse apapachado políticamente por dos gobernadores emanados del PRI, pero afines a su gestión, a escasos 15 días de las elecciones, dice mucho de lo que pretende el jefe del Ejecutivo nacional. Incluso, se rumoró que pasó la noche en suelo hidalguense previo a sus actividades del fin de semana.
¿Habrán platicado de política?, seguramente. Tanto Hidalgo como Edomex son estados en donde nunca se ha dado la alternancia y ambos alistan procesos de sucesión para 2022 y 2023, años claves para el cierre del sexenio obradorista. La ubicación de Santa Lucía parece ser más que estratégica para las reuniones con los jefes políticos del Valle de México y no es la primera vez que gobernadores y la jefa de Gobierno de la capital del país acompañan al presidente a la zona.
Sin duda el acercamiento en época electoral conlleva demasiadas señales que ya son desmenuzadas por los asesores de las campañas en Hidalgo y lo más probable es que también en Edomex donde habrán de elegirse presidentes municipales, diputados locales y federales, como en el caso de Hidalgo con el Congreso local y federal.
¿Le conviene a los estados la relación fraternal con Palacio Nacional?, por supuesto, pero también hay en juego muchas decisiones que tienen que ver con la política de los partidos, los organismos electorales, la actuación de los tribunales, y la democracia de México.
Eduardo González
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