Las candidatas y el candidato al Senado se vieron las caras por primera y, al parecer única vez, en lo que fue el debate del Instituto Nacional Electoral de Hidalgo.
Como ocurriera en 2018, se vuelve a repetir el ejercicio democrático que parecía no tener buen destino hace un par de semanas, pero que finalmente se concretó y de buena forma para la Junta Local del organismo.
El debate no decepcionó, efectivamente, pues la mayoría quería ver cómo se acusaban y contestaban entre contrincantes, sobre todo por el pasado político y personal de al menos tres de las integrantes del panel.
En el análisis posterior hubo opiniones divididas sobre quién ganó, pues como es sabido en todos estos encuentros, lo automático es que sus participantes se autoproclamen vencedores como parte de una estrategia.
Sin embargo, hay que analizar fríamente la participación de cada uno de los personajes, y por eso que la que más propuestas lanzó y que más fundamentos puso sobre la mesa fue Simey Olvera, candidata de Morena, pues viene de ser secretaria del Bienestar e Inclusión Social en el estado, posición que le juega a favor al haber recorrido ya la entidad en repetidas ocasiones, estando cerca de la gente y conociendo las verdaderas necesidades.
Esto le permite a Simey ponerse por delante de sus adversarias y adversario, por lo que incluso se pensó que no acudiría al debate, pero sí lo hizo, con lo que demuestra seriedad y compromiso de cara a la ciudadanía.
Pero como todos querían presenciar un agarrón, fue Adriana Flores de Movimiento Ciudadano, la encargada de ponerle sabor al caldo con todo tipo de señalamientos en contra de Carolina Viggiano y de paso contra Damián Sosa del Partido del Trabajo (PT).
Yarely Melo, del Partido Verde Ecologista de México, parecía quedar distante, pero fue ella la que comenzó con el señalamiento en el inicio de sus participaciones, en contra de la aspirante del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
En resumen fue un buen debate, precisamente porque contrastaron ideas y se exhibieron de forma transparente, como la sociedad exige que sea un encuentro de política, sin medias tintas y con la verdad por delante.
