Los presidentes municipales de Hidalgo están por irse sin pena ni gloria pero con mucha irresponsabilidad en temas como la seguridad pública, la atención a la violencia contra la mujer y los feminicidios.
La desaparición de mujeres en los municipios fue una constante que nunca pudieron enfrentar, ni siquiera en el rubro social o de la empatía con familiares y habitantes.
Si bien en los 84 municipios las problemáticas fueron similares, en algunas regiones se hizo evidente que el gobierno no estuvo a la altura de las demandas de sus habitantes, además de que jamás le entraron a temas como la defensa de los derechos humanos, la violencia de género y mucho menos los feminicidios.
En la última semana y a manera de despedida, colectivos de mujeres y ciudadanas en general se han sumado a manifestaciones para exigir se detenga la creciente cifra de mujeres desaparecidas en las regiones de Tula y el Valle del Mezquital.
En menos de 8 días van al menos 3 movilizaciones importantes en municipios como Tula, Atotonilco de Tula y Mixquiahuala donde el llamado es para que se tomen acciones inmediatas en las denuncias de violencia de género y se detengan a los responsables de los crímenes en contra de las mujeres.
Es fácil para las administraciones municipales decir que esos temas los ve la Procuraduría y el gobierno federal, cuando en los pueblos, barrios, colonias y comunidades de una demarcación todos se conocen y saben quién está con quien de cierto modo.
Así como los ediles saben de los problemas de cada una de las colonias, también tienen y cuentan con herramientas para poder combatir los feminicidios y la violencia de género, pero no lo hicieron.
El 5 de septiembre próximo los ediles se van y dejan esa enorme deuda con la sociedad de no haber hecho absolutamente nada para proteger a las mujeres, niñas, jóvenes y adultas, de todos los municipios en Hidalgo.