Parece ser un tema de cada campaña pero no es así, el servicio de transporte masivo de Pachuca, mejor conocido como el Tuzobús, sí, el que según vendría a revolucionar la movilidad de una capital y sus inmediaciones, vuelve a estar en el ojo de un escándalo.
La que parece ser una mala administración o un nido de operaciones siempre de dudosa procedencia o que genera ganancias millonarias que todos desconocen, pone en tela de juicio el sistema de transporte que vino a reemplazar a las combis en Pachuca desde 2015.
Desde su puesta en operación durante el sexenio del priista Francisco Olvera Ruiz, nunca fue aceptado en su totalidad por la ciudadanía; básicamente fue una obra impuesta por el gobierno en turno y las consecuencias fueron inmediatas.
Marchas y manifestaciones, falta de socialización, temas de opacidad, se volvieron parte de los discursos de las campañas políticas desde 2016 a la fecha, con la promesa eterna de reformarlo, o de plano de quitarlo.
Y ahí está, sigue en operación el Tuzobús, sin mejoras sustanciales más allá de que le cambian a la empresa operadora a cada rato, pero siguen las mismas condiciones: vagones saturados, tiempo excesivo de traslados y espera, rutas que no terminaron por ser un beneficio real para la gente y mayor uso de taxis, que es lo que terminó ocurriendo.
Actualmente existe el pleito entre la Secretaría de Movilidad y la empresa operadora de transporte público Vanguardia y Cambio, mejor conocida como Vycsa, a quien le terminaron el contrato de tajo, presuntamente todo establecido en términos legales desde un principio, y ahora reclaman pagos, indemnización y hasta demandas.
Habrá que ver qué ofrecen ahora los candidatos al gobierno del estado, respecto al Tuzobús.
Eduardo González
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