Si en algo se empeñó el gobernador Omar Fayad Meneses fue en dejar siempre las cosas en claro durante su sexenio que está por concluir el próximo domingo. Para Fayad, el tema de la transparencia siempre ha sido fundamental y prueba de ello ha sido su paso por la presidencia municipal de Pachuca, dos veces la diputación federal y una vez en el Senado.
Su discurso siempre estuvo centrado en la rendición de cuentas a la ciudadanía, misma que nunca o muy pocas veces, tuvo quejas de frente el mandatario hidalguense durante sus eventos públicos, inauguraciones, supervisiones de obra y planeación de programas.
Incluso, había muchos a los que no les gustaba su estilo, en donde evidenciaba carencias o señalaba las fallas cuando su propio equipo de trabajo tenía que rendir informes a la sociedad. Siempre fue el primero en decirlo abiertamente, emplazando incluso a personajes políticos para que estuvieran a la altura de las circunstancias.
Quizá ese gesto fue el que llamó la atención del propio presidente López Obrador, quien en más de una ocasión lo dijo también de forma pública. “Nobleza obliga”, dijo en alguna ocasión desde Palacio Nacional en referencia a Fayad, cuando trataron juntos crisis como las de Tlahuelilpan, planes de seguridad como la creación del C5i o atención a la salud en zonas rurales.
A Fayad le tocaron dos presidentes, Enrique Peña y AMLO, y en ningún caso las auditorías reflejaron que haya errado el camino que trazó desde su llegada en septiembre de 2016.
Ahora que ha terminado la evaluación del equipo de transición, los integrantes del equipo del gobernador electo han reiterado la misma postura, con detalles que sí, funcionarios del gabinete saliente tendrán que aclarar o solventar en su momento.
Fayad dejará el gobierno el domingo, pero su estilo y forma de trabajo serán recordadas por mucho tiempo.
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