En Hidalgo las rutas del combate a la corrupción representan un reto quizá mayor que el que se imaginaron las autoridades entrantes, pues se trata no solo de impregnar la marca de la 4T que representa un cambio de régimen político, sino cortar de tajo con toda una generación de personajes políticos y sus familias, ligados a temas de gobierno, empresas, recursos públicos y contratos que generan ganancias.
¿Cuáles son los fundamentos de la lucha anticorrupción?, en el combate a dicho flagelo, se presenta primeramente el desvío de recursos, el lavado de dinero y el financiamiento, en donde el beneficiario final suele ser alguien ligado al gobierno, a la política, a personajes que han vivido en el poder por décadas y ahora pueden presumir que son empresarios y que no dependen del sector público, a pesar que el origen de su fortuna sí comenzó desde un presupuesto.
El fiscal y jefe del Despacho en la Procuraduría de Hidalgo, Santiago Nieto Castillo, es quizá el personaje en la actualidad que más sabe profundizar en el tema, por lo que no solo está siendo de gran ayuda al gobierno de Julio Menchaca Salazar, sino que está dejando la ruta a seguir para no permitir más actos de corrupción.
A nivel nacional, cuando encabezó la Unidad de Inteligencia Financiera, Nieto aseguró que si se quiere afectar a la delincuencia organizada, no hay más camino que afectar sus estructuras financieras, llámense fideicomisos, personas morales, personas físicas que lavan el dinero. En Hidalgo, es la misma ruta que se debe aplicar para el tema del robo a ductos de Pemex y las bandas de huachicoleros, las obras públicas con recursos que no se comprueban en su totalidad, las compras a discreción, el uso de recursos de procedencia poco transparente para fundaciones, organizaciones, que terminan en platos servidos para la política. Un trabajo bastante complicado.
Eduardo GonzálezTwitter: @laloflu