Que este domingo, la gobernadora de Tlaxcala, Lorena Cuéllar, rendirá su cuarto Informe de gobierno; su equipo afirma que llega a esta aduana con cifras positivas: turismo al alza, indicadores de seguridad estables, inversiones consolidadas y programas de bienestar social en marcha. El acto será una oportunidad para mostrar músculo político en una entidad donde, hasta ahora, la mandataria ha logrado mantener las riendas y controlar la agenda pública. Hay que estar atentos no solo a las cifras, sino a los mensajes cifrados.
Que autoridades estatales y municipales se coordinaron en un operativo nocturno por avenidas clave de la capital y zona metropolitana; el objetivo fue frenar los arrancones clandestinos, práctica que ha causado accidentes y muertos. La Secretaría de Seguridad Pública, junto con policías de Puebla, Cuautlancingo, San Pedro y San Andrés Cholula, recorrieron puntos identificados gracias a reportes ciudadanos al 911, una señal de que la vigilancia ya no será solo reactiva, sino preventiva.
Que el presidente del Congreso local, Pavel Gaspar, se pronunció sobre la llamada ley de ciberasedio, después de que un juez federal declarara inconstitucional el artículo 480 del Código Penal, que contempla hasta tres años de prisión por insultos u hostigamiento en redes sociales. Aclaró que cualquier cambio dependerá de lo que resuelva la Suprema Corte y aunque ya recibió la notificación del fallo, precisó que solo aplica para la persona que promovió un amparo, por lo que no modifica la ley para todos, al menos por ahora.
Que la contienda interna en el PAN municipal ya huele a tormenta, después que la candidata al Comité Directivo, Lupita Leal, anunció un posible intento de fraude. Resulta que se acordó que la empresa encargada del proceso daría las boletas en presencia de los representantes de cada planilla; sin embargo, media hora antes y sin testigos de por medio, fueron entregadas. Se detectaron 93 sobrantes y folios saltados, un clásico de los manuales de elecciones cuestionables. Se dice que no hay certeza en la impresión, ni garantías para el domingo, pues nadie sabe dónde están los faltantes.