Que la mayoría de Morena encabezada por Ricardo Monreal en el Palacio de San Lázaro buscará el respaldo de diputados y senadores, tanto oficialistas como opositores, al “reclamo diplomático” dirigido al Congreso de Estados Unidos para condenar las detenciones arbitrarias y el uso desproporcionado de la fuerza contra migrantes en Los Ángeles. Hasta ahí el consenso parecería sencillo, aunque la pretendida unanimidad se ve más que lejana cuando la bancada guinda sugiere “apoyar con determinación” los llamados de la presidenta Claudia Sheinbaum y el canciller, Juan Ramón de la Fuente, a cesar los “operativos deshumanizantes” del ICE.
Que la Sala Superior del Tribunal Electoral prevé este miércoles batear otra vez al Senado, ahora con un proyecto de la magistrada presidenta, Mónica Soto, que propone no darle la razón en la impugnación al acuerdo del INE, que encabeza Guadalupe Taddei, con el que establecieron que, en casos de empates en la elección judicial, se declararan vacantes. A los morenistas no les pareció, pero como es otro vacío de la reforma judicial, pues no hay de otra.
Que por cierto, en otro asunto relevante, también hoy mismo la Sala Superior estima acreditar con sentencia firme y definitiva que Luis Rubén Maldonado, vocero del Tribunal Superior de Justicia de Chihuahua, cometió violencia política de género contra una candidata a ministra, a quien le cuestionó su edad y hasta cómo se viste, con la gravedad implícita de que alguien con esa mentalidad sea la voz de una institución de justicia.
Que ante los casos de reclutamiento de jóvenes por parte del crimen organizado en centrales de autobuses de Jalisco, el gobernador Pablo Lemus propuso que subirse a un camión sea casi tan riguroso como abordar un vuelo internacional, con boleto con nombre, identificación obligatoria, filtros de acceso y cámaras por todos lados. O sea, una terminal sin anonimato, luego de que en Zapopan y Tlaquepaque han rescatado en los últimos días a más de 30 personas engañadas por la delincuencia.