Que el ex presidente Felipe Calderón llamó al PAN, partido que dirigió y que lo llevó a Palacio Nacional en 2006, a dedicarse “a hacer ganar” a Xóchitl Gálvez, “no a poner candidatos pluricuates y a pelearse por cuotas de poder”, después de que el dirigente blanquiazul, Marko Cortés, exhibió un acuerdo firmado en 2023 por el PRI y el ahora gobernador de Coahuila, Manolo Jiménez, en el que se establece que Acción Nacional propondrá al candidato a la presidencia municipal de Torreón, entre otros municipios, pero también explicita el reparto de notarías y otros puestos. En su cuenta de X, el michoacano advirtió que la única misión en este momento debe ser ganar la elección federal.
Que por cierto, Claudia Sheinbaum y Gerardo Fernández Noroña se fueron con todo contra priistas y panistas ante el balconeo de sus acuerdos, pues mientras la precandidata presidencial de Morena hacía énfasis en que en la 4T no son iguales a la oposición, el petista, vocero de la precampaña guinda, hizo escarnio del “gravísimo error político” de Marko Cortés, a quien llamó “brutazo”, criticando ambos los yerros de sus adversarios, haga usted de cuenta, como si Sanjuana Martínez no existiera.
Que no pocos levantaron la ceja después de que la magistrada presidenta, Mónica Soto, hizo público su proyecto en el que propone no solo que el Tribunal Electoral eche abajo la decisión de la mayoría del Consejo General para poner plazos a nombramientos en el INE, sino que amplió la libertad de Guadalupe Taddei para que de plano ella designe sin consultar a quien quiera para encargarse de la Secretaría Ejecutiva, direcciones y unidades técnicas.
Que ayer MC decidió mantener su línea de relevo generacional y anunció que el abanderado presidencial será Jorge Álvarez Máynez, el zacatecano de apenas 38 años que ayer fue respaldado por otras figuras jóvenes del partido, como el gobernador de Nuevo León, Samuel García, y su esposa, Mariana Rodríguez, por lo que será registrado esta mañana como único aspirante fosfo-fosfo. Bueno.
