Que el líder nacional de Morena, Mario Delgado, convirtió el hotel de los registros de corcholatas en laberinto, tomando puertas y pasillos, con tal de evadir a Yeidckol Polevnsky, a quien no le pensaba recibir sus documentos como aspirante a competir en la famosa encuesta, pues “sería desacatar el acuerdo del Consejo Nacional”. Después hasta bromeó con Ramiro López Obrador, porrista de Claudia Sheinbaum, para que lo acompañara, pero todo terminó con el amago de la ex lideresa de acudir a tribunales.
Que hablando de divisiones, el PVEM ya tiene bien armado su numerito y por un lado su presidenta, Karen Castrejón, acompañó a Manuel Velasco en su registro como corcholata adherente a Morena y, por la tarde, Jesús Sesma y Arturo Escobar estuvieron como invitados en los asientos especiales para respaldar a Claudia Sheinbaum, quien por lo demás tuvo más de los 30 lugares por aspirante acordados. Y es que además no contaron conque iban a mandarle mariachis, faltaba más.
Que por cierto, ni el gobernador Alfonso Durazo ni la cantante y actriz Anahí llegaron a los registros de corcholatas a pesar de que sus nombres estaban en las sillas de invitados. Se informó que ella faltó al registro de su esposo, el verde Manuel Velasco, porque estaba grabando una nueva canción, y el sonorense, oficialmente, porque fue día laboral y no podía dejar la chamba botada. Por supuesto, no faltó el que interpretó su ausencia como una forma de evitarse otra regañada en público de ya saben quién.
Que Eduardo Ramírez asistió a su primer acto público como coordinador de Morena y presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado al acompañar a su ex compañero de bancada Martí Batres a la toma de posesión como jefe de Gobierno de Ciudad de México. El chiapaneco se refirió al ex líder ceuísta como “un hombre de principios e ideales, congruente, fundador, ex dirigente nacional del Consejo de Morena y poseedor de una gran historia dentro de la izquierda mexicana”. Órale.