Que en oficinas federales la pregunta recurrente es si en la investigación que tiene abierta la FGR, a cargo de Alejandro Gertz, por el tráfico ilegal de armas desde Estados Unidos a partir del operativo Rápido y furioso alcanzará a ex funcionarios de la PGR, pues solo es cosa de recordar que algunos funcionarios y mandos de la extinta dependencia aseguraron en su momento que no tuvieron conocimiento del caso y otros más juraron que nunca hubieran permitido el ingreso de ese armamento, que terminó en manos de cárteles y se tradujo en víctimas mortales.
Que el gobierno mexicano se deslindó de la crisis política e institucional que vive Nicaragua y anunció que no enviará a ningún representante a la ceremonia de toma de protesta de Daniel Ortega como presidente que se realiza hoy. La decisión contrasta con la postura asumida por otras naciones, que sí tendrán diplomáticos acreditados, como China, Cuba, Bolivia, Venezuela, Corea del Norte, Rusia, Irán, Siria, Turquía, Vietnam... y los que se acumulen.
Que las mesas de trabajo entre la Secretaría de Gobernación, que encabeza Adán Augusto López, y el PAN sobre cambios en políticas de salud, seguridad, empleo y reforma eléctrica, entre otros temas, que debían comenzar hoy mutarán a una reunión privada con Santiago Creel, actual vicepresidente de la Cámara de Diputados. El encuentro generó altas expectativas luego de la nutrida comitiva que estuvo en Bucareli en diciembre pasado, incluido el presidente del partido, Marko Cortés, líderes parlamentarios, gobernadores supuestamente perseguidos y alcaldes; sin embargo, la agenda se pospone hasta nuevo aviso.
Que integrantes del Consejo General del INE se reunieron el viernes por varias horas para analizar si pueden estirar más su presupuesto y aplicar ajustes adicionales en áreas que no afecten la emisión de credenciales de elector o los recursos destinados a la renovación de seis gubernaturas, todo para obtener el dinero que requiere la revocación de mandato y definir cuánto se pedirá a la Secretaría de Hacienda. Lo malo es que siguen sin consenso unánime.
