Que en la rueda de prensa para defender las curules perdidas en el Congreso local, el dirigente estatal del PAN Luis René Cantú le dedicó la mayoría del tiempo a Alejandro Rojas Díaz-Durán, con la amenaza de presentar una denuncia formal por presunto enriquecimiento, mientras el tema relevante y de muchos comentarios, literalmente, lo pasó a segundo plano.
Que entre la directiva azul, al “Cachorro” no le importa mucho si la Sala Monterrey del Trife le regresa a sus compañeros Ángel Covarrubias y Juan Ángel Ibarra sus puestos antes asignados por el Ietam, al tener su sitio seguro en la próxima legislatura. Por cierto, en su facultad de presidente del Comité, se nombró como el futuro coordinador de la bancada.
Que la llegada de Magdalena Peraza Guerra a la Oficina del Gobernador en la zona sur le regresó la vida al segundo piso de Expo Tampico, que en los últimos años se encontraba muy tranquilo. Caso distinto, hoy es un sitio muy concurrido cuando la funcionaria estatal se encuentra presente, al grado que sus asistentes no se dan abasto con tanto visitante.
Que el Ietam no se la complicó: acató la resolución del Tribunal Electoral de Tamaulipas; es decir, de los tres magistrados que se impusieron, o mejor dicho de René Osiris Sánchez y este mismo lunes se despachó el asunto, quitándole dos diputaciones plurinominales al PAN para dárselas al PRI, lo que dejó a Luis Vanoye, representante albiazul ante el Consejo, muy molesto.
Que sin embargo, será el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación el que tenga la última palabra sobre el caso, así que esas dos curules todavía siguen en juego. Por cierto, quien anda de capa caída es Arcenio Ortega, pues al Partido del Trabajo lo volvieron a dejar como el chinito en el nuevo reparto, aunque no todo está perdido para él, pues puede recurrir también al “Trife”.
Que luego de que el Tepjf ordenó al Congreso del estado sancionar al gobernador Francisco García Cabeza de Vaca por haber hecho propaganda oficial durante la veda por la consulta popular, despierta curiosidad ver cómo lo hará. Si la actual legislatura de mayoría panista se rebela o acata la medida, el caso es que tiene el tiempo encima, y ni modo de dejarle el regalito a la nueva aplanadora guinda.