Que hoy arranca el maratón de informes municipales, en el que las y los alcaldes tienen todo el reflector y transmiten (si saben hacerlo) la imagen de un exitoso cierre de ciclo tanto en lo administrativo como en lo político. Pronto se sabrá, mediante el aplausómetro y el manifestódromo, qué tal le fue a cada uno.
Y es que, indudablemente, hay varios que quisieran mejor ponerse en modo vacacional e irse desde ya a hornear el pavo antes que enfrentar el juicio popular por lo que han sido incapaces de hacer en un año.
Que ha sido reiterado y cada vez más claro el mensaje en distintos escenarios del secretario General de Gobierno, Horacio Duarte Olivares, al señalar que el Estado de México “tiene rumbo político y liderazgo con la gobernadora Delfina Gómez, la única dirigente del movimiento; todo lo demás es politiquería”.
Así de directo, y también entre líneas, el alto funcionario señala que hay “discursos absurdos en contra del proyecto de transformación”, en algo que de primera instancia se podría entender dirigido a la oposición, pero muchos no descartan a algunos otros destinatarios que siguen tratando de hacer su luchita de corazón.
Que en el marco de la asamblea de la Asociación Nacional de Alcaldes de México, la presidenta municipal de Huixquilucan, Romina Contreras Fernández, hizo un fuerte señalamiento acerca de que los recursos que la federación retuvo a los municipios para entregarlos directamente a las comunidades indígenas, algo así como 13 mil millones de pesos, “no se están usando con transparencia y se destinan de manera discrecional”.
Con respaldo de los integrantes de ANAC, asegura que las retenciones (a las demarcaciones locales) ya superan 10% de lo que recibían del Fondo de Aportaciones para la Infraestructura Social. ¿Dónde quedó la bolita?