Que el ejercicio informativo realizado ayer por la presidenta Claudia Sheinbaum en la capital mexiquense, más allá de los datos y los anuncios reiterando los avances que en parte ya había dado a conocer a la nación, fue un excelente termómetro de la popularidad de la que goza, al igual que la gobernadora Delfina Gómez.
La cercanía de ambas con la gente se refuerza a través de los eventos que la mandataria federal está llevando a los estados y, en el caso de la gobernadora, de las giras que tiene proyectadas en las regiones luego de su próximo informe, a finales de mes.
Que por cierto, el acto de rendición de cuentas de la mandataria estatal ha tenido a absolutamente todas las dependencias trabajando con el acelerador a fondo para tener muy claros y sólidos los números que se presentarán, pues la administración estatal ha establecido metas que debe demostrar cumplidas ante la población.
Algunas áreas están sudando la gota gorda para ponerse al día, pues sin duda la fecha también será un nuevo ciclo de evaluación y, en su caso, de relevos en distintos niveles. Al tiempo.
Que el caso de la funcionaria de la Fiscalía estatal que tenía estrecha relación con el presunto delincuente conocido como El Choko, al cual mantenía informado con antelación de los procedimientos en su contra dentro de la institución, debe quedar como una llamada de atención para que, en general, se tenga especial observación al entorno de quienes manejan asuntos sensibles dentro de la instancia ministerial. La sanción, de entrada, debe ser ejemplar como advertencia para quien ande en malos pasos.
Que por fortuna septiembre, a pesar de las desgracias que han ocasionado los grandes accidentes, en términos climatológicos no han dado sobresaltos mayores, y se espera que así siga. Sin embargo, no hay que quitar la lupa de encima en el caso de algunos afluentes relevantes, como el propio Río Lerma, que se encuentra a tope, básicamente ya sin capacidad de resistir una tormenta más.