Que todavía es hora de que el dirigente de Nueva Alianza, Mario Alberto Cervantes Palomino, no ha dado la cara para explicar la inminente desaparición de este partido local, aunque algunos entre sus escasas huestes todavía ven posible pelear el registro con la votación municipal, donde el PRI les transfirió suficientes votos para el 3 por ciento que señala la ley. Aún se aferran a vivir del erario tres añitos más.
Que por otros frentes sí están conscientes de su propia situación y, por ejemplo, después de los resultados electorales del pasado 2 de junio, donde el Partido Acción Nacional bajó notablemente su votación en el Estado de México y sólo ganó cuatro de los 125 municipios y tres de los 45 distritos electorales, el dirigente estatal Anuar Azar Figueroa reconoció que necesitan “poner los pies sobre la tierra” y hacer una reflexión profunda, porque “hay dolor, pero no se puede tapar el sol con un dedo”.
¿Quizá subconscientemente habrá aludido al Sol Azteca? Lo cierto es que, por su parte, la dirigencia estatal del Partido de la Revolución Democrática en la entidad iniciará la ruta legal para conformarse como un partido político local, y juran y perjuran que de manera paralela aportará los recursos legales necesarios para tratar de revertir la pérdida de registro a nivel nacional. ¡Sí, Chucha!
Que la abundancia tampoco es buena consejera. En los partidos que obtuvieron una votación copiosa, y por tanto muchos triunfos municipales y distritales, llámese Morena, PT o Partido Verde, comienzan a intensificarse los discretos pero fuertes tirones internos por la ocupación de espacios y el reparto de cuotas políticas. En particular en el partido de la estrella urge enyesar la fractura y realizar la operación cicatriz con sus instancias nacionales, luego de los desaguisados que se dieron casi al final de la corta campaña local.
Que hablando de la pasada campaña, aún quedan varios pendientes en el Tribunal Electoral y, como en el fut, se están jugando tiempos extras. La pregunta es ¿cambiará algún resultado importante?, uno de los casos es Zinacantepec, donde Marco Antonio Reyes Colín, ex candidato de la 4T a la presidencia municipal, impugnó y prende sus veladoras para que se convoque a elección extraordinaria.