Que queda claro que la gobernadora electa Delfina Gómez dio un manotazo sobre la mesa para que los futurólogos dejaran de especular con "listas" de cómo se integrará su gabinete. Una grilla prematura tan prolongada no resulta para nada conveniente durante las tareas para delinear lo que será su administración al frente del Estado de México, así que se han calmado un poco esas aguas.
Sin embargo es evidente que, durante sus reuniones con los altos funcionarios federales, necesariamente debe estar planteándoles nombres para que desde ya comiencen con una coordinación efectiva con miras a arrancar fuerte el 16 de septiembre. Para dar una idea de las carteras que podría haber ya “palomeado”, la maestra ha estado en pláticas, entre otros, con Germán Martínez, de la Comisión Nacional del Agua; Ariadna Montiel Reyes, secretaria de Bienestar; Jorge Alcocer, de Salud y ayer con Rogelio Ramírez de la O, el mandamás de Hacienda.
Que por cierto, seguramente será a Horacio Duarte a quien como secretario le toque, entre otras muchas tareas, armonizar los ánimos para meter orden en los conflictos por límites territoriales que aún existen entre los municipios de Tecámac y Tonanitla, además de Acolman y Ecatepec, que ya hicieron huesos viejos en la correspondiente comisión del Congreso estatal, que preside la diputada Elba Aldana Duarte. Ahí tienen pendiente desahogar varios trámites para llegar a un acuerdo después de varias décadas.
Que el Estado de México es muy codiciado por las corcholatas presidenciales, y algunos desde hace mucho le han metido el acelerador para armar bases de apoyo en distintas zonas de la entidad a fin de promoverlos y organizarles cálidas recepciones. En esos términos se ha marcado diferencia en la popularidad alcanzada por Sheinbaum, Ebrard, Adán Augusto y Monreal.
Lo que no queda muy claro es si los partidos Verde y del Trabajo, están dejando solos a sus respectivas corcholatitas Manuel Velasco y Fernández Noroña. Casi no se escucha de ellos en estos lares, y parece que en el caso del petista calculó más redituable ir a Nueva York que a “Mi Nezota”.