Que con la presentación ayer en la sede del gobierno federal de los avances del Tren Interurbano México-Toluca y el establecimiento de una fecha para la inauguración parcial de un tramo que es prácticamente la mitad de la obra planeada al inicio, “se tomaron la foto” el Presidente López Obrador, el gobernador Del Mazo y la gobernadora electa Delfina Gómez, acto que de alguna manera los confirma como corresponsables de lo que ojalá sea efectivamente una infraestructura benéfica para la población y no se vuelva más bien un dolor de cabeza.
Sin embargo, en teoría, el infladísimo gasto de la obra y los grotescos retrasos para su construcción continuarán bajo la lupa de auditorías. Casi diez años después del inicio del proyecto, si algo no sale bien… ¿A dónde apuntarán los reflectores? ¿A Peña Nieto, el entonces presidente que hoy vive plácido en España; a la memoria del desaparecido Gerardo Ruiz Esparza, a la sazón Secretario de Comunicaciones y Transportes; a Eruviel Ávila, entonces gobernador mexiquense, hoy desprovisto de su formidable protección política? ¿O a ningún lado?
Que no solo en Palacio Nacional se da aquello de bajar la cortina por unas sui géneris vacaciones en la Oficialía de Partes; en el Estado de México también se cuecen habas. Resulta que la activista Irinea Buendía llevó al Congreso local una iniciativa de ley para principalmente tipificar el delito contra la administración de la justicia, pero no pudo entregarla porque la sede del Congreso está cerrada y ni la dichosa Oficialía está en funciones, para que le pudieran recibir el documento. ¿Habrán colgado en la puerta el letrerito de no molestar?
Que en lo que ya de plano parece rudeza innecesaria contra la ex candidata al gobierno mexiquense, Alejandra del Moral, ayer de nueva cuenta el Tribunal Electoral del Estado de México (TEEM) la multó, al igual que al PRI, por reincidir en el uso de imágenes de menores de edad en la propaganda electoral que usaron para buscar el voto en el pasado proceso. La sanción económica, muy simbólica, es menor a 200 mil pesos. Sus aliados sólo fueron objeto de amonestaciones “por no haber vigilado”.
