Que la oposición, en su afán por ser fashion, llegó tarde a su propia fiesta. De los 38 diputados, solo 23 aparecieron en tiempo para la comparecencia de Salvador Zamora, quien, contra todo pronóstico, salió más fortalecido que un café cargado. Los opositores no lograron sacarlo de su zona de confort. El PAN, por su parte, decidió bajarle dos rayitas a su volumen, mientras que los diputados de Morena, Futuro y Hagamos dieron una masterclass en atención: la comparecencia era tan fascinante que preferían sus celulares. La joya de la corona: la revelación “bomba” de que María Elena Limón... ¡trabaja en la Secretaría de Gobierno! Toda una primicia que seguramente cambiará el rumbo del estado.
Que el espectáculo de solidez gubernamental no hizo más que crecer con el secretario de Seguridad, Juan Pablo Hernández, a quien tampoco lograron despeinar. Con la frescura de quien anuncia un día de campo, regaló un picnic de porcentajes: homicidios bajaron un 30 por ciento, los robos a personas un 67.3 por ciento y el de vehículos un 70.6 por ciento. Con esos números, lo raro es que no compareciera con una canasta de lonches y una manta a cuadros.
Que la diputada Yussara Canales,del Partido Verde, de plano nunca apareció, ni mandó decir cómo estaba. Su ausencia fue tan notable que uno se pregunta qué misión de estado, sin duda más crucial que fiscalizar, exigía su presencia en otro lugar. El misterio queda en el aire.
Que ¡Bienvenida al frente, presidenta! El estreno como líder de la FEU este miércoles de Fernanda Romero no es con globos y fiesta, sino declarándole la guerra al ‘deterioro financiero silencioso’ de la UdeG por parte de Hacienda. Su primer discurso: un parte de guerra sobre recortes que se traducen en transporte inseguro, salud mental desatendida y aulas en el abandono. Vamos, un recibimiento de lo más “alentador” para la segunda mujer en dirigir la federación.
