Que los cohetes festivos que Morena enciende en Jalisco por los resultados judiciales no son celebración: son cortina de humo estratégica. Mientras el estado disputa el ominoso primer lugar nacional de abstencionismo (7.07% frente al 6.5% de Guanajuato), la dirigencia estatal insiste en un relato de “victoria” que solo expresa su pánico ante algunas realidades ineludibles: la implosión de sus bastiones. Ni siquiera en sus fortalezas lograron movilizar a 1 de cada 15 ciudadanos. ¿Qué “triunfo” se construye sobre el 93% de indiferencia? La obediencia ciega. Su apoyo forzado a los candidatos impuestos (Hugo Aguilar, Lenia Batres) terminó en fiasco: Batres acusa “traición desde arriba” al ser casi superada por un abogado oaxaqueño; así como el fracaso logístico como síntoma y el desdén para salir a las urnas.
Que Eduardo Verástegui anda con todo promoviendo el partido Viva México en Jalisco. El ahora simpatizante trumpista publicó en sus redes sociales un mensaje en el que llama a los jaliscienses a sumarse al proyecto para defender el medio ambiente, la salud y el agua; prometió que se impulsará a la industria tequilera y el nearshoring, y por si fuera poco hastaresolverá el caos vial de la ZMG y regresar la paz a Jalisco. O sea, un partido milagroso está en vías de conformación para combatir el mal en la entidad. El ex actor no podía dejar de lado en su larguísimo post la agenda conservadora “aquí defendemos la vida, la verdad y nuestras raíces. No vamos a permitir que ideologías foráneas destruyan lo que por generaciones ha mantenido fuerte al pueblo jalisciense. Defenderemos la vida desde la concepción, el matrimonio natural y el derecho de los padres a educar a sus hijos”. ¿Cómo la ven?
Que la presentación de la Estrategia de Seguridad Ciudadana por Verónica Delgadillo en Guadalajara revela un modelo valioso, donde la proximidad ciudadana intenta desbancar a la tradición militarista en seguridad pública. Los números exhibidos -19 bandas desarticuladas, 6 mil 716 detenidos, 350 chats vecinales activos- dibujan una estrategia que merece beneficio de la duda. La alcaldesa acierta al entender que la seguridad se teje en las banquetas, no en cuarteles. El dato más prometedor: la red de chats vecinales que convierte a ciudadanos en coproductores de seguridad, no meros espectadores.
