Que mientras el Sistema Intermunicipal de los Servicios de Agua Potable y Alcantarillado (SIAPA) continúa sin resolver su colapso técnico, los jaliscienses enfrentan una realidad absurda: quieren pagar el servcio y el sistema se los impide. La recomendación oficial —acudir a establecimientos afiliados o bancos— es un parche insuficiente para un problema recurrente. ¿Realmente no hay manera de garantizar un servicio básico como el pago en línea en pleno 2025? Lo más preocupante no es la falla, sino la opacidad. Las explicaciones se limitan a frases genéricas sobre “trabajar en el restablecimiento”, sin plazos claros ni responsables. A los voceros y funcionarios les pusieron un bozal en medio de su crisis.
Que la violencia en los Altos de Jalisco escaló a niveles alarmantes este martes con el asesinato de Ramón Grande Moncada, director de la Policía Municipal de Teocaltiche, en un ataque directo y audaz. Minutos antes de las 20:00 horas, sujetos armados lo emboscaron frente a una unidad deportiva en la colonia Maravillas, disparando contra su vehículo frente a su esposa, quien resultó lesionada y fue llevada de urgencia al hospital. Este crimen no es un hecho aislado: es la muestra más cruda de la descomposición en la región, donde ni siquiera las autoridades están a salvo. Mientras la Fiscalía de Jalisco se limita a confirmar datos, la pregunta queda flotando: ¿Hasta cuándo seguirá Jalisco gobernado por el terror de los criminales? La impunidad no puede ser la norma.
Que aunque Ricardo Monreal impuso a Alberto Maldonado como nuevo coordinador de los diputados morenistas de Jalisco —desplazando al ebradista Favio Castellanos—, el cambio es puro teatro. Lo de “renovación” es un mito: Maldonado solo repite el guion de lealtades ajenas a Jalisco, mientras la bancada morenista local sigue fragmentada y sin agenda propia. Mientras eso pasa, un senador sigue recorriendo el estado creyendo que puede adueñarse del partido porque no hay adversarios internos serios.
