Que prácticamente está por empezar el 2022, año que presupuestalmente estará marcado por la escasez de recursos. Llama la atención por cuarto año consecutivo la ausencia de obras de infraestructura carretera para Guanajuato por parte del Gobierno Federal.
Que aparte de los programas de conservación rutinaria y algunos proyectos multianuales con inversión público-privada previamente comprometida, el gobierno de la Cuarta Transformación sigue cerrando la llave para Guanajuato, única entidad en donde López Obrador no obtuvo triunfo arrasador, tendencia que difícilmente se revertirá en tanto se acerca la elección de 2024.
Que en el sector empresarial preocupan también las señales cruzadas que se envían por parte de la federación, en lo particular con la reversa a la reforma energética, particularmente a lo que se refiere a las energías limpias como la generación eólica de electricidad.
Que la poca certeza que se ofrece hasta ahora no solo frena los proyectos largamente negociados y que se encontraban en curso, sino la atracción de nuevas inversiones y la permanencia de algunas que migrarán hacia energías renovables, como el caso de General Motors en Silao.
Que de la limitada disponibilidad de recursos están plenamente conscientes en el gobierno estatal, por ello los recortes y la reconfiguración de responsabilidades en la burocracia estatal. Cabe resaltar que salvo algún remanente de deuda pública autorizada pendiente de contratar, el echar mano de créditos para inyectar recursos frescos es una opción que ya no estará disponible en la administración del gobernador Diego Sinhue.
Que por ello el recurrente llamado a los gobiernos municipales a la austeridad y a la focalización de los recursos en las áreas más sensibles, así como evitar la duplicidad de funciones. Un rubro en el que deberá ponerse especial atención es en la recaudación propia vía un más eficiente cobro del impuesto predial y actualización catastral, que es la principal fuente de recursos.
