Wagnermaníacos, un enorme gusto saludarlos nuevamente, con la emoción y la adrenalina todavía a flor de piel. Se preguntarán la razón, se las comparto en este mismo instante, mi regreso al embudo coliseino de Perú 77, mejor conocido como la Arena Coliseo.
Un lugar emblemático del Centro Histórico de la Ciudad de México y, por supuesto de la lucha libre. ¿Cuántos años sin pisar sus instalaciones? no lo recuerdo. ¿Cuáles fueron las razones? tampoco, pero me siento muy complacido del recibimiento del público, y de la respuesta de mis colegas luchadores que se convirtieron en mis cómplices para brindar una gran lucha.
Muchas son las cosas que puedo contarles de la Arena Coliseo, conozco cada uno de sus rincones, a cada una de las personas que trabajaron, que trabajan actualmente ahí, porque los deberes han pasado de generación en generación, no solamente entre nosotros los luchadores, también entre los mascareros, las personas que venden los alimentos, las cervezas, los compañeros de limpieza y los que nos hacen favor de acomodar los coches.
Así sucedió con mis hijos, como Galeno del Mal, que tuvo la oportunidad de acompañarme en el cuadrilátero, viviendo la importancia de pisar un nuevo escenario luchístico.
Muy agradecido de ser un gladiador independiente que está en libertad de hacer diferentes alianzas, como en esta ocasión lo hicimos con Big Lucha y Expo Museo Lucha Libre. ¡Enhorabuena Wagnermaníacos! por este histórico regreso y recuerden que en mi casa y con mi gente se me respeta. Bien, Bien, Bien.
Dr. Wagner Jr