¡Hola! ¿Qué tal, Wagnermaníacos? Me encuentro cenando en el restaurante “Rudos Grill”. De verdad, para mí el momento de la cena es mágico, porque representa la oportunidad de convivir con la familia, mi esposa, mis hijos, mis nietos.
Mirando los rostros alegres e inocentes de mis nietos, me pongo a pensar en lo frágil que puede ser su felicidad, en este mundo tan violento en el que vivimos. Esta inquietud me surge al recordar la tragedia que sucedió en el estado de Texas, en donde un individuo, poseído por el odio, desprendió de la vida a unos pequeños; este acto definitivamente no es de la divinidad de Dios.
Siendo católico, considero que arrebatarle la vida a una persona es un pecado muy grande.
En estos momentos no me explico qué está pasando con el mundo, ya que los valores deben de ser inculcados dentro de la familia, y quizás en Norteamérica, en nuestro país, no se logra este objetivo, porque los padres tienen que salir a ganarse el sustento diario.
Tal vez al quedarse solos, algunos muchachos buscan el amor o la mala orientación, en el lugar equivocado. Cuando uno es pequeño no tiene la conciencia para elegir correctamente los actos que debemos realizar dentro de la sociedad.
Como padres tenemos que estar atentos de los pequeños dentro de nuestras casas, ahora con las redes sociales tenemos el enemigo en nuestra intimidad. Yo soy un padre de familia, soy abuelo, y siempre he tratado de difundir el deporte en mis pequeños, tal y como mis progenitores lo hicieron conmigo.
Estén pendientes Wagnermaníacos, disculpen que en esta ocasión me aparte de los temas de la lucha libre, pero considero que como figura pública, estoy obligado a opinar, a dar mi humilde opinión con la intención de aportar un buen consejo que mantenga a salvo a nuestros hijos.
Wagnermaníacos, un momento muy triste para la humanidad. Mi pésame y mi solidaridad para las familias que están en duelo, por la masacre de la Primaria Robb en Uvalde, Texas.
Nos leemos la próxima semana.
Dr. Wagner Jr
Twitter: @WagnerJrOficial
